El 40% de los recursos financieros circula por canales privilegiados
El tercer número de la revista trimestral Papeles de Economía Española, editado por el Fondo de las Cajas de Ahorro y presentado ayer por el profesor Fuentes Quintana, revela que cuatro billones de pesetas, algo más del 40% de los recursos de todo el sistema financiero, están sometidos a coeficientes de inversión obligatoria. Esta financiación a tipos de interés privilegiados supone transferencias por valor de 200.000 millones de pesetas.
Según el profesor Fuentes, que defendió el avance en la liberalización del sistema financiero y otras reformas, tales transferencias, de las personas que pagan de alguna forma el menor coste de la financiación privilegiada a las que se benefician de ella, son un nuevo impuesto, un impuesto además ilegal, al no haber sido aprobado en las Cortes, que hace más ineficaz el sistema y genera más inflación.Ello no quiere decir, añadió, que se deban eliminar los privilegios a todos los sectores, sino que se debe saber cuáles son las privilegiados y que éstos tengan que convencer al resto de los españoles para que puedan seguir siéndolo, en función de los intereses generales. De esta forma se evitaría la discrecionalidad del poder y se haría la luz sobre los intereses contrarios a la reforma, elementos que, mezclados con la pereza y la inercia, son los responsables del retraso de la misma.
La causa fundamental de la inflación o una de sus causas fundamentales, dijo Fuentes, es la mala asignación de recursos. Hay sectores que no tienen futuro: o se les reestructura o se nos condena a la inflación. España necesita adaptar sus estructuras a los nuevos datos de la crisis. Es gravísimo que estemos subvencionando la estructura productiva del pasado.
A juicio de Fuentes Quintana, quienes defienden lo contrario no dicen dónde quieren llevarnos, si bien es claro que nadie defiende un horizonte diferente. Cierto que progresistas y conservadores coinciden en moderar la liberalización a corto plazo, pero no hay salida.
La democracia, afirmó en otro momento, depende de la democratización de las instituciones económicas. Si no se hace la reforma fiscal, la financiera y otras reformas, si no somos capaces de aligerar los gastos públicos y de la Seguridad Social, «estoy seguro que la democracia no será real». Los partidos harán muy bien en dar al conjunto de reformas el valor vital que tienen.
Por último, preguntado por el aumento del gasto que supone la puesta en marcha de las autonomías, el señor Fuentes Quintana explicó que no se podía caer en la trampa de tener que financiar cinco sectores públicos diferentes, refiriéndose al Estado, las autonomías, la Seguridad Social y los entes provincial y municipal.
Todos coinciden en que la reforma iniciada había que hacerla, y se muestran unánimes en que debe continuar, la mayoría añaden que aceIerándola. En cuanto a la posibilidad de completar la liberalización de los tipos de interés, al extenderla a los depósitos a menos de un año, la contestación mayoritaria es que sí, mientras se reduzcan los coeficientes de inversión privilegiados.
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