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Pleno del Parlamento vasco en un ambiente tenso

En un ambiente enrarecido por la escalada de violencia que se registra en las últimas semanas, los enfrentamientos entre el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y Euskadiko Ezkerra, los ataques de ambos partidos al Partido Nacionalista Vasco (PNV) y la conflictividad laboral, se inicia esta tarde en Bilbao el pleno del Parlamento vasco, suspendido el 26 de junio con motivo de la ocupación de la Cámara y retención de sus miembros, realizadas por los trabajadores de Nervacero. El pleno, que, por todo lo dicho, se prevé «caliente», cuenta con un orden del día de doce puntos, en el que acaso lo más destacable sean los esperados debates en torno a los dictámenes sobre el paro, presupuestos del Parlamento, futuro de los periódicos La Voz de España y Unidad y la normalización de la vida ciudadana (medidas de gracia e impuesto revolucionario, entre otros aspectos).A las cuatro y media de la tarde se abrirá la primera sesión con una propuesta de declaración que la Junta de Portavoces ha redactado sobre la ocupación del Parlamento por parte de los trabajadores de Nervacero, referida fundamentalmente a las medidas de seguridad de las instituciones autónomas. Se discutirán con toda probabilidad una serie de normas de entrada al salón de los plenos, al que, al parecer, se desea únicamente pueda accederse con invitación (se repartirían cupos de invitaciones entre los grupos) o con acreditación de informador.

Se cree que con respecto a este punto se producirá un amplio debate en el curso del cual se suscitará, casi con toda seguridad, el tema del entrenamiento por instructores británicos de jóvenes destinados a configurar un presunto cuerpo de seguridad de las instituciones vascas, desvelado por el periódico bilbaíno El Correo Español-El Pueblo Vasco. PSE-PSOE y EPK-PCE ya han anunciado que, aunque las interpelaciones que al respecto han presentado no entren en el orden del día, exigirán una explicación al Gobierno por considerar que el mismo ha actuado en este tema «de espaldas a la Cámara».

El Pleno conocerá también la resolución de Presidencia del Parlamento para la creación de una comisión de suplicatorios destinada a estudiar y dictaminar la situación legal de los parlamentarios vascos incursos actualmente en procesos judiciales («en orden al libre ejercicio de las actividades para las que fueron elegidos»), como es el caso de Mario Onaindía, Telesforo Monzón e Iñaki Picabea, este último portavoz del grupo parlamentario de Herri Batasuna, actualmente intemo en la cárcel de Soria, acusado de pertenecer a ETA.

Acaso el bloque de temas más conflictivos (aunque el pleno nace ya, de entrada, con el signo de la conflictividad) lo configuran los dictámenes sobre paro, presupuestos del Parlamento y normalización de la vida ciudadana.

Con respecto al primero, suscitado por medio de una extensa proposición no de ley del Grupo Socialista, cabe señalar que va a proporcionar la primera oportunidad de que las distintas fuerzas de la Cámara se pronuncien sobre su política social. El grupo del PSOE pretende jugar en este tema su gran baza política abogando por un amplio programa de medidas, que van desde la elaboración de un programa de actuación en materia de política de transferencias en todo lo que se relaciona con el empleo (artículo 12 del Estatuto) hasta el establecimiento de medidas encaminadas a evitar y perfc!guir el fraude en materia laboral y de Seguridad Social, sin olvidar la fijación de medidas para la creación de nuevos puestos de trabajo y de salvaguarda de los existentes.

El debate que podría suscitarse en torno a la moción de Euskadiko Ezkerra proponiendo una solicitud de medidas de gracia no llegará quizá a producirse de una forma concreta, porque el dictamen en el que se incluye aquélla como enmienda, orientado gracias a su mayoría por el PNV, se contempla el tema en un amplio contexto de medidas de pacificación entre las que la amnistía -o fórmulas similares- queda condicionada a la existencía de un cese de la violencia armada.

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