La ejecutiva del PSOE concentrará sus ataques sobre el presidente Suárez

La ejecutiva del PSOE no adoptó decisiones concretas en torno a la posible coalición UCD-Minoría Catalana, limitándose a analizar diferentes hipótesis y a confirmar la vigencia de su estrategia de los últimos meses, que consiste en concentrar sus ataques sobre el presidente Suárez. «La única solución a la crisis política pasa por la caída de Suárez», aseguró un portavoz. Felipe González iniciará mañana sus vacaciones con un viaje a Centroamérica que se prolongará hasta finales de este mes.

Los dirigentes del PSOE no piensan responder, por el momento, al llamamiento realizado por la dirección del PCE para «estrechar lazos de colaboración» entre ambas fuerzas políticas, si bien ha habido contactos informales entre miembros de ambas ejecutivas, ya que los dirigentes comunistas consideraron conveniente comunicar su acuerdo a los socialistas antes de difundirlo. El PSOE, sin embargo, no piensa «precipitarse» en ningún sentido, y mucho menos mientras no conozca los pormenores de la operación puesta en marcha por UCD.La única decisión, por tanto, es mantenerse a la expectativa, considerando que la situación no ha variado sustancialmente, y sugerir a UCD y a los sectores nacionalistas que con su actitud podrían estar sirviendo, ante todo, al presidente Suárez. En otras palabras: el PSOE prefiere esperar, porque es evidente que desconoce los detalles y la amplitud de lo que está sucediendo, y que el pacto en ciernes perjudica su estrategia. En este sentido, las primeras manifestaciones oficiosas de algunas fuentes socialistas, en el sentido de que se iban a adoptar medidas inmediatas de «presión social», no están avaladas por la ejecutiva, que desde luego no ha decidido plan alguno en esa línea.

«Nuestra capacidad de respuesta con el Parlamento cerrado es baja», manifestaron a EL PAIS fuentes de la ejecutiva. «No obstante, hemos de estar atentos a lo que ocurra y, desde luego, tratar de estar presentes en cuantos problemas y frentes de preocupación han movido al partido hasta ahora ».

Si en este terreno la actitud es de espera, por el contrario la ejecutiva del PSOE ha decidido apagar los fuegos surgidos recientemente en el seno de su partido, y concretamente en el PSC-PSOE. Además del análisis de lo ocurrido en el congreso de Barcelona y de sus repercusiones en UGT, la dirección tratará de demostrar a la organización los «tremendos costes sociales» de las discusiones públicas de su militancia, bajo la óptica de que «lo que se gana con el avance en las elecciones sindicales puede perderse en discusiones públicas, como las que se han producido en Barcelona».

En este sentido, los miembros más cualificados de la dirección socialista han acusado el golpe de que se haya producido una discrepancia interna tan acusada, en el preciso momento en que procuraban ofrecer una imagen de unidad del partido socialista frente a los problemas de UCD, y en que trataban de mejorar su «espacio electoral» en el terreno sindical, frente a los comunistas. De ahí que la preocupación esencial sea mejorar la situación interna, antes que montar «movilizaciones» que, por otra parte, supondrían un extraño giro en la línea de la actual ejecutiva.

Otras fuentes socialistas, ajenas a la dirección, destacan, sin embargo, que su partido puede ver fracasada su estrategia de los últimos meses de desmontar a Suárez y acercarse a los sectores progresistas de UCD, lo que para dichas fuentes equivale a una «alianza con la derecha», sin que se le ofrezca otro apoyo real que el del PCE.