La permanente de UCD pactó con Suárez
Las condiciones y garantías que los barones de UCD estiman necesarias para llegar a un pacto alrededor de Adolfo Suárez polarizaron el debate que ayer prosiguió en el seno de la comisión permanente del partido centrista, ante la que el presidente del Gobierno presentó el informe acordado en la sesión del pasado lunes.La reunión de la permanente comenzó pasadas las cinco de la tarde en una finca, propiedad del Ministerio de Obras Públicas, situada a unos cuarenta kilómetros de Madrid, junto al pantano de Santillana.
E n el orden de llegada que señalan las agencias informativas, figura, en primer lugar, el presidente Suárez, que viajaba acompañado por el ministro de la Presidencia, Rafael Arias Salgado, anterior secretario general de UCD. Algunas fuentes atribuyen precisamente a este circunstancial compañero de viaje hasta el albergue de Obras Públicas colaboración destacada en el diseño del informe que el presidente presentó ayer ante la permanente. El más rezagado en llegar de los barones fue Rodolfo Martín Villa, que en la sesión del lunes había brillado con luz propia dentro del sector más crítico, junto a Francisco Fernández Ordóñez, Joaquín Garrigues, Landelino Lavilla y Fernando Alvarez de Miranda.
En su exposición inicial, el presidente Suárez reiteró su voluntad de llegar a una mayor colegialidad en las decisiones que afecten al partido y de atribuir mayor protagonismo a sus órganos de gobierno. La reunión terminó sobre las diez de la noche. Rafael Calvo Ortega, secretario general de UCD, explicó su desarrollo insistiendo en la colegialidad y se mostró muy satisfecho de los resultados.
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Los "barones" de UCD obtuvieron garantía de Suárez y le ofrecieron solidaridad
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Las mismas fuentes de la secretaría de información de UCD que formularon las precisiones precedentes añadieron que Suárez hizo extensivos esos criterios de colegialidad y protagonismo colectivo a la nueva forma de gobernar que desde distintos sectores se reclama.
Los portavoces centristas insistieron en el carácter constructivo de las intervenciones que se produjeron después por parte de todos y cada uno de los miembros de la permanente de cara al relanzamiento de UCD. Por último, señalaron que el presidente hizo una exposición sobre la estrategia parlamentaria y de alianzas, y que abordó algunas otras cuestiones puntuales y conflictivas.
Medios políticos han subrayado que para los barones, especialmente para los más críticos, es fundamental que la colegialidad incluya abiertamente las competencias omnímodas que los estatutos de UCD reservan al presidente del partido en el dominio electoral. Con estas competencias exclusivamente en sus manos, Suárez tenía hasta ahora la capacidad de aniquilar en la confección de las listas a cualquiera de sus adversarios en el partido. Para los barones es clave quedar a cubierto de esta eventualidad.
Las vísperas de la reunión de ayer han estado marcadas por el malhumor de quienes han considerado excesivas y poco matizadas las declaraciones que Rafael Calvo Ortega formuló a la Prensa para resumir la reunión del pasado lunes. Los matices añadidos que señalaron la diferencia entre la adhesión unánime y la adhesión incondicional sirvieron, al parecer, para dar por cancelado el incidente. Además fue precisamente Rafael Calvo Ortegt quien asumió más decididamente la defensa de Suárez en aquella sesión durante las dos horas en que el presidente prefirió ausentarse para que los miembros de la permanente hablaran con mayor libertad. Joaquín Garrigues interrumpió, según cree saberse, ese turno defensivo para aclararle al secretario general de UCD que no le pagaban para eso y que él mismo podría también hacer una fiera defensa de Suárez.
Entre los asistentes parece que predominaron en la sesión de ayer los análisis de conveniencia y que se tuvo muy en cuenta, frente a cualquier improvisación, lo que uno de los barones denominó «valor de sustitución». No se sabe aún las repercusiones exactas que en el orden de los equipos y las personas vayan a tener los acuerdos de ayer. Tanto el equipo de la Moncloa como el de Castellana, 3, podrían sufrir alteraciones.
Medios políticos independientes señalaban recientemente la contradicción que supone el bloqueo patrocinado por los socialistas hacia el presidente Suárez y su paradójica buena disposición hacia Landelino Lavilla, cuando el punto de mayor tensión con UCD ha sido el Estatuto de Centros Docentes, tan caro a las posiciones democristianas que encarna el, presidente del Congreso de los Diputados.
La reorganización del partido no pudo, al parecer, abordarse con detalle por falta de tiempo, pero en los planes del secretario general figura la ampliación del número de secretarías actuales, a las que se añadirían las de emigración, cultura y cooperativas, además de la incorporación de un vicesecretario, cargo que podría recaer en Gerardo Harguindey, anterior subsecretario de Trabajo.
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