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El fin de un proceso

El primer consejo de guerra contra el coronel de la Guardia Civil Antonio Tejero, y contra el capitán de Infantería Ricardo Sáenz de Ynestrillas, como autores de, un delito de conspiración y proposición para la rebelión, conocido bajo el código de «operación Galaxia», tuvo lugar en Madrid el pasado 6 de mayo.Los resultandos de la sentencia establecieron que ambos militares mantuvieron diversos contactos, que tuvieron lugar entre finales de octubre y mediados de noviembre de 1978, con el fin de preparar un golpe de mano, destinado a ocupar el palacio de la Moncloa en el momento en que estuviese reunido en él el Consejo de Ministros, para, posteriormente, someter la nueva situación al Rey.

La fecha del abortado compló fue fijada para el 17de noviembre, día en el que debían de estar fuera de Madrid no sólo el Rey, sino también el ministro de Defensa, los jefes de Estado Mayor de los tres Ejércitos y los jefes de las brigadas paracaidista, motorizada y acorazada, que asistían a un curso para ascenso a tenientes generales en Ceuta y Melilla. En aquellos momentos pareció que el objetivo final de la operación era aprehender como rehén al presidente del Gobierno y forzar la formación de un Gabinete: de salvación nacional, opuesto al proceso democratizador.

El plan de la operación preveía que el teniente coronel Tejero, al mando de un centenar de guardias civiles, se dirigiría al palacio de la Moncloa para apoderarse de él por sorpresa y someter en calidad de rehenes a los miembros del Consejo de Ministros. Paralelamente, el capitán Sáenz de Ynestrillas habría de sacar de la entonces Academia Especial de Policía Armada a unos 1.200 hombres del batallón de instrucción para, con ellos desplegados por la capital, coadyuvar al éxito de la operación. Otros mandos militares contactados para sumarse al compló y que asistieron a alguna de las reuniones celebradas en la cafetería, que dio nombre al intento de golpe de mano, desistieron de sumarse al proyecto y pusieron los hechos en conocimiento de sus superiores.

La sentencia del consejo de guerra consideró estos hechos como constitutivos de un delito de conspiración y proposición para la rebelión, en el que no concurrían circunstancias modificativas de la responsabilidad. La pena impuesta fue de siete meses de prisión para el teniente coronel Tejero y de seis meses y un día para el capitán Sáenz de Ynestrillas. En el momento de la resolución, los condenados tenían ya cumplidas tanto la pena principal como la accesoria, ya que ambos permanecieron en prisión preventiva, bien rigurosa o atenuada., en su domicilio, cerda de año y medio.

Días después de publicada la sentencia., el 16 de mayo, la autoridad judicial militar de la I Región disintió de la sentencia. Esta decisión fue interpretada como una revisión de la condena, que fue calificada come, benigna por amplios sectores democráticos y gubernamentales. El capitán general de la I Región Militar, teniente general Guillermo Quintana, consideró entonces que las penas impuestas a los implicados deberían ser aumentadas a un año y ocho meses para el teniente coronel Tejero y a un año y siete meses para el capitán Sáenz de Ynestrillas.

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