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Gente

Del ejemplar del libro Los helechos arborescentes,

de Francisco Umbral, editado por Argos Vergara, quedaron sólo las cenizas en la presentación y quema que de la novela hizo anteayer su autor en la discoteca El Sol, de Madrid. Mientras se apagaba el fuego, surgió otro, el del rock y la pelea. Subrayando la iconoclastia de Umbral, que destruyendo su libro quería purificar la historia de España que cuenta en la novela, el grupo Los Pegamoides comenzó a dar un breve recital. En el transcurso del concierto, miembros del equipo rockero mantuvieron un diálogo de sordos con Ramoncín, el rockero de Vallecas, y la acompañante de éste. Los insultos versaban sobre la competencia profesional y otras características personales de los protagonistas de la discusión musical. Al término hubo algo más que insinuaciones y palabras, y los actores del drama se fueron a las manos. Como la pelea posterior se produjo cerca de la puerta de la discoteca, pocos la advirtieron, con lo cual el tercer espectáculo de la noche -el cuarto espectáculo será la lectura del libro, que Umbral impuso como penitencia- tuvo menos espectadores que los dos primeros. Se lo perdieron, por ejemplo, Fernández Ordóñez y Carmela Garcia Moreno, a los que la gente creyó ver fugazmente en la abigarrada sala de baile, y se lo perdieron los actores José Sacristán, José Martin, Marisa Paredes, María Asquerino y muchos escritores y protagonistas de las negritas del autor de Spleen de Madrid.

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