'Vivir cada día": Juan Carlos y Loli quieren un piso

El programa Vivir cada día, considerado como uno de los mejores informativos de TVE, experimenta hoy un nuevo género de programas, el docudrama -documental dramático-, del que no existe más precedente en nuestra televisión que La España de los Botejara, de Alfredo Amestoy. El tema mereció la atención de los investigadores y la escasa bibliografía sobre televisión de autores españoles cuenta ya con una indispensable obra, en edición limitada de ejemplares, de uno de los más cualificados críticos e historiadores de televisión: José María Baget Herms, de la facultad de Ciencias de la Información de Barcelona.Las cámaras de Vivir cada día reconstruyeron las peripecias de Juan Carlos y Loli, una pareja de minusválidos en busca de una vivienda que les negó la Administración y a partir de la noticia publicada en EL PAIS (29 de abril de 1980).

Los dos jóvenes, actualmente en paro y antes con trabajos ocasionales en una farmacia y en la administración de un hospital, llevaban más de dos años intentando obtener un piso por procedimientos legales. A pesar de que una ley del año 1975 dispone que el 3% de las viviendas de protección oficial deben ser destinadas a minusválidos, los organismos oficiales les contestaron siempre que no había viviendas, después de haber presentado repetidas instancias ante la delegación del Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo. Juan Carlos y Loli, pasado un año de infructuosas gestiones, se pusieron a buscar pisos de protección oficial deshabitados. Encontraron cuatro pisos en Orcasitas, presentaron la correspondiente denuncia -y cuando llegó la respuesta oficial los pisos o estaban ocupados o habían sido adjudicados a otros ciudadanos. Ante la imposibilidad de obtener una salida legal a esta situación, optaron por prescindir de los trámites burocráticos (denuncia y posterior petición), volvieron a buscar pisos y encontraron uno en Moratalaz después de averiguar que su legítimo propietario no lo ocupaba desde hacía seis años. Posteriormente conocieron al propietario y esperan ahora que se tramiten los procedimientos legales del caso.

Vivir cada día reconstruyó todas estas vicisitudes de Juan Carlos y Loli para ofrecer un reportaje sobre esta cruda realidad de la vida cotidiana rehuyendo toda interpretación o valoración de los hechos. Realización de Santiago Castellanos, filmación de Jesús Mata, montaje de Nicolás Muñoz y dirección de José Luis Rodríguez Puértolas.