Tres años después
( ... ) La mayoría de quienes hemos vivido con intensidad estos tres años, esforzándonos día a día en que la nave no perdiera el rumbo, sentimos hoy la sensación de que aquella fecha del 15 de junio de 1977 está mucho más remota, de que el trayecto recorrido desde entonces es mayor que estos tres años que hoy se cumplen. Y este desenfoque procede, sin ninguna duda, de lo abigarrado del camino en cuyo desarrollo hemos logrado materializar de manera irreversible un generoso sistema de convivencia en el seno de una monarquía constitucional cuyo titular, el rey Juan Carlos I, ha sido el mayor artífice de este empeño colectivo de paz y solidaridad con el que los españoles hemos afrontado esta nueva y decisiva etapa de nuestra historia. ( ... )La sociedad española ha alcanzado un grado tal de madurez que la democracia ya no es, felizmente, un objetivo. Hoy las formas democráticas son un hecho que impregna todo el tejido social, y el pueblo concreta sus demandas en los contenidos, exige soluciones y compara programas. Ese es el activo de las democracias consolidadas. Y es desde esta perspectiva, pues, desde donde se hacen posibles las soluciones en su plazo cabal. ( ... )
En más de una ocasión he resaltado el hecho de que yo he sido ya, en lo que va de siglo, el presidente de un Gobierno constitucional con una permanencia más prolongada en el cargo. Este dato, que no revela apenas nada en cuanto se refiere a mi persona, creo que es significativo en relación con la estabilidad de nuestro régimen político y con la opción de poder que UCD encarna. Hemos dado, por fortuna, con unas fórmulas de gobierno que evitan las continuas zozobras de antaño. Y al mismo tiempo hemos podido contrastar que nuestra sociedad prefiere alternativas que persigan, ante todo, el equilibrio y la moderación; el centro antes que el extremismo y la polaridad. (...)
A los tres años de la partida, España ha cambiado la faz y el espíritu. La España «de la rabia y de la idea» recupera a ojos vista el pulso. Yo quisiera, en la oportunidad de este aniversario, hacer desde aquí una apelación ilusionada para que todos prosigamos la apasionante aventura de construir este país. Más allá de las diferencias ideológicas y de otra índole, hay, sin duda, un cúmulo de ambiciosos deseos que nos une. Y si cada cual pone honestamente sus creencias y sus energías al servicio de esta esperanza colectiva, cualquier posibilidad de fracaso será superable.
, 15 de junio
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