Polémica interna en el PSOE por el documento de los quince parlamentarios
Miembros de la corriente crítica del PSOE estudian la posibilidad de pedir al comité federal de su partido -máximo órgano del mismo- un pronunciamiento que aclare las diferencias entre corrientes de opinión, previstas por la resolución política aprobada en el congreso extraordinario de septiembre, y tendencias organizadas, expresamente prohibidas en los estatutos del PSOE.Esta cuestión se encuentra ahora en el centro de la polémica originada por el documento que quince parlamentarios socialistas han realizado en torno a la moción de censura presentada por el PSOE al Gobierno y que ha sido seguida de una petición de explicaciones de la ejecutiva a los firmantes del documento, entre los que figuran Luis Gómez Llorente, Pablo Castellano, Francisco Bustelo y Jerónimo Saavedra.
Miembros de la ejecutiva del PSOE mostraron ayer el disgusto de dicho órgano por la actitud de los mencionados parlamentarios, y aunque no anunciaron la apertura de expediente, dejaron claro que no se descarta la posibilidad de sanciones. Todo depende del compás de espera que se abre hasta la próxima reunión de la ejecutiva. No obstante, la secretaria de organización, Carmen García Bloise, no duda en calificar de barones a los firmantes del documento, terminología que se aplica a las personas que en UCD actúan como cabezas de tendencias o grupos internos. Por otra parte, la dirección del PSOE rechaza oficiosamente que el programa expuesto por Felipe González estuviera destinado a satisfacer a otros grupos.
No se tienen noticias de que alguno de los quince parlamentarios haya retirado su firma del texto, pero sí se ha detectado cierta preocupación entre algunos de ellos por la presentación del documento como un ataque personal y político contra el secretario general de su partido, Felipe González. Un hecho que ha sorprendido un poco a los observadores es el incremento del número de parlamentarios que aparecen vinculados a la corriente crítica respecto a los que se encontraban en dicha línea durante el congreso extraordinario de septiembre. La cifra de parlamentarios se considera escasa en relación con el conjunto del Grupo Socialista, pero no desdeñable en términos políticos.
En relación con la actitud del sector crítico, cabe observar en el documento de los quince parlamentarios un aspecto tanto, o más importante que la propia crítica al programa de Felipe González, centrado en el problema de las alianzas. Fuentes del sector crítico aseguran que no se trata de propiciar, sin más, la unidad de la izquierda, pero sí de afirmar que la realidad social del país invita a una colaboración o aproximación en esa línea, más que las «aproximaciones hacia ciertos sectores. de derecha», que el citado sector cree advertir entre los estrategas de la ejecutiva y de la dirección del grupo parlamentario, presuntamente dispuestos a ciertas concesiones en una situación que permitiera una mayoría diferente.
En este sentido, el documento de los quince parlamentarios dice: «De nuevo hay que recordar: el PSOE es un instrumento de la clase trabajadora para alcanzar el poder político y realizar su programa, no el que otros quieran. El paso por el Gobierno en condiciones precarias puede deteriorar o invalidar el instrumento político de los traba jadores». Y agrega que, tras el tanteo realizado con motivo de la moción de censura, «ya se han com probado los condicionamientos que entrañan las alianzas y apoyos por la derecha». Esta línea de pensamiento ya fue anunciada en un documento anterior, remitido por Jerónimo Saavedra al comité federal y que no pudo estudiarse en la última reunión de este órgano -25 de mayo- por haberse convertido en sesión monográfica sobre la moción de censura. Los autores de aquel texto sostenían la tesis de que era conveniente exigir a los demás firmantes del pacto municipal, y en particular al PCE, una definición coherente en favor de la construcción de una estrategia unitaria de la izquierda. El comité federal del PSOE tiene previsto reunirse en fecha próxima.
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