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Reportaje:

Quince parlamentarios del PSOE critican el programa de gobierno de Felipe González

Nueve diputados y seis senadores del PSOE han elaborado un documento en torno a la moción de censura debatida recientemente, en que critican las excesivas concesiones que el programa de Felipe González hace a otros grupos y, sectores sociales, y manifiestan su escaso entusiasmo por una mayoría formada en base a los intereses de las finanzas catalanas, los empresarios vascos, los nacionalistas radicalizados, los trabajadores de CC OO y los de UGT. Los quince parlamentarios, todos ellos del sector crítico, creen encontrarse en la más completa «legalidad estatutaria», y aquellos que son diputados votaron a favor de la moción de censura. No obstante, la ejecutiva del PSOE ha pedido explicaciones por lo ocurrido.

El documento citado fue entregado para su publicación a Diario 16, aunque los autores del mismo no se sienten satisfechos con la presentación dada ayer al mismo, que juzgan demasiado sensacionalista En este sentido dirigieron una carta al director del mencionado periódico, en la que desmienten que su intención sea atacar a Felipe González. Los firmantes, tanto del artículo como del escrito aclaratorio, son los diputados Eusebio Cano, Pablo Castellano, Luis Gómez Llorente, Joaquín Navarro, Joan Pastor, Avelino Pérez, Manuel Sánchez Ayuso, Antonio Torres y Jerónimo Saavedra, así corno los senadores Francisco Bustelo, Juan Manuel Cuadrado, José García Ladrón de Guevara, Francisco González Amadiós, Joaquín Martínez Bjorkman y Javier Paulino.Estos quince parlamentarios -y singularmente Pablo Castellano, Francisco Bustelo y Luis Gómez Llorente, autor este último del borrador de documento- constituye la cabeza visible del movimiento que existe en la base del PSOE, cuya finalidad es configurar una corriente de izquierda en el partido socialista. El último de sus textos -crítica a los resultados electorales de Cataluña y Euskadi- había sido dirigido al comité federal del PSOE para su examen durante la última reunión de este organismo, lo cual no fue posible por haberse interpuesto el problema de la moción de censura.

El artículo colectivo en torno al debate parlamentario considera que la comisión ejecutiva del PSOE tomó una decisión «harto arriesgada» cuando decidió presentar la moción. Si se trataba de condenar la política del Gobierno y presentar una propuesta de resolución que contuviera las líneas maestras de los planteamientos socialistas, habría bastado con exigir al Gabinete que se sometiera a un voto de confianza. Sin embargo, la ejecutiva prefirió la censura, lo cual interrumpió el debate en torno a la comunicación del Gobierno, «y de ser examinado Suárez, pasaba a ser examinado el candidato a la jefatura del Gobierno».

A juicio de los parlamentarios ya citados, no se consultó al partido ni a la UGT el programa que iba a plantear el secretario general del PSOE, en cuyo discurso -dicen- «se traslucía el recientísimo viaje a Irán, que le había ocupado el domingo y parte del lunes. Dio la impresión de que los técnicos del partido no le habían hecho un brillante servicio. Acaso unas horas de reelaboración personal hubieran permitido dar vida a ese mamotreto de páginas plagadas de retahílas enumerativas».

Seguidamente, analizan las distintas partes del programa del líder socialista, y tras un cierto elogio a las soluciones autonómicas, dicen que toda la parte económica es «donde existen menos diferencias entre: el texto defendido por el líder del PSOE y las tesis ucedistas»; califican de insignificante el espacio dedicado a «temas tan sensibles como la educación, la salud, la familia., la cultura, la información, la lucha contra la discriminación de sectores postergados o marginados de la población», y añaden que la parte Final se perdió «en un juego de conceptos reiterados de libertad y seguridad».

Los autores del citado texto parecen encontrar la clave de la orientación del discurso no sólo en su confección por «mentes tecnocráticas absortas en su monotema», sino en la cuestión de las alianzas. En este sentido, el sector crítico se manifiesta «inquieto» por las afirmaciones de Gregorio Peces-Barba, en el sentido de que el programa socialista es abierto. «¿Qué es eso de un programa abierto? », se preguntan, y continúan interrogándose el porqué de «tantas concesiones».

De cara al futuro, los parlamentarios del sector crítico afirman que ha salido fortalecida la imagen del líder de la oposición, frente a la pobre impresión dejada por Adolfo Suárez -«la bochornosa actitud de Suárez magnifica, por contraste, la postura digna de González-, y añaden que «el debate ha desencadenado una cierta dinámica de aproximación de izquierdas, mal que a algunos les pese ».

«Poco entusiasmo nos produce la perspectiva de un Gobierno socialista o nucleado por socialistas, cuya base parlamentaria hubiere de conjugar los intereses de las finanzas catalanas, de los empresarios vascos, de los trabajadores de CC OO y UGT, de los nacionalistas radicales de izquierda inscritos en el Grupo Mixto: demasiada heterogeneidad». Por el contrario, «una mayoría natural de izquierdas en el Parlamento podrá buscar más colaboraciones si son oportunas, pero pasa principalmente por el entendimiento entre todos los grandes grupos de la izquierda parlamentaria, lo que para nosotros no es nuevo, pero que ahora quedó bien de manifiesto».

Bustelo: "Estamos en la legalidad"

Uno de los firmantes del escrito, el senador Francisco Bustelo, declaró ayer a EL PAIS que los quince parlamentarios creen encontrarse plenamente en la legalidad dentro del partido. «Como corriente, prácticamente existimos al amparo de la resolución del congreso extraordinario de septiembre. Lo difícil es delimitar la frontera entre corriente y tendencia, cosa que no han hecho la ejecutiva ni el comité federal, y eso ha producido ahora el lamentable problema del diputado Antonio Torres, al que la comisión de conflictos acaba de expulsar».El espíritu de esta afirmación de Francisco Bustelo sobre la legalidad de las corrientes, que en otras ocasiones ha constituido también comentario de Luis Gómez Llorente y otros miembros de la corriente crítica, no parece compartida por la ejecutiva del PSOE, que ha venido observando los rnovimientos de los críticos con creciente recelo.

Horas después de que Diario 16 publicara ayer el artículo de los parlamentarios ya mencionados, la secretaria de organización del PSOE, Carmen García Bloise, envió una carta a Luis Gómez Llorente, en la que dice que ese texto puede violar los artículos tres y diez de los estatutos del partido y se le advierte que las diferentes corrientes de opinión pueden expresarse a través de las múltiples formas de incidencia teórico-política internas. La carta de la secretaria de organización finaliza con una petición de explicaciones.

Luis Gómez Llorente manifestó a EL PAIS que su respuesta consistirá en enviar el texto completo a la ejecutiva, para que pueda apreciar que es un artículo en el que se hace un balance de la moción, y no una «arremetida» contra el secretario general del partido. «Nosotros no condenamos nada: lo que decimos es que estamos pendientes del programa y de la política de alianzas».

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