La asamblea extraordinaria de la federación española no sirvió para nada

La reunión extraordinaria de la asamblea de la Federación Española de Automovilismo, reunida para tratar el polémico asunto del Gran Premio de España de Fórmula 1 y los posibles ceses y dimisiones posteriores, no sirvió prácticamente para nada. El presidente de la federación, Fernando de Baviera, una vez más falto del valor necesario cuando es preciso utilizarlo, prefirió tapar los problemas y dejar que éstos se resuelvan -si se resuelven- solos.En la reunión, los dos miembros de la junta cesados de forma fulminante por el presidente, por haber tomado partido a favor de la celebración del Gran Premio de Fórmula 1 por encima de todo -Carmelo Ezpeleta, director del circuito del Jarama, y Sandro Rocci, encargado de la seguridad y director accidental de la carrera, tras la dimisión del teórico director anterior, Angel Murcia, expusieron ante la asamblea sus respectivas versiones.

Posible dimisión

Pese a los alegatos de ambos -y según ha podido saber EL PAIS, a pesar del carácter de absoluto secreto de esta reunión-, nada parece que vaya a cambiar. Sin embargo, algunos miembros de la junta directiva emplazaron al presidente para que éste resuelva algunos problemas aún por solucionar y, según el sentido que tomen entonces las cosas, presentar o no su dimisión.Respecto a la postura adoptada por el RACE, organizador de la carrera, para que ésta se disputase por encima de cualquier absurda reglamentación, la posición más crítica fue la del propio Angel Murcia, nombrado por el RACE director de carrera y que después, por escrúpulos de conciencia, no se atrevió a seguir desempeñando, razón por la que Ezpeleta primero y, más tarde, Rocci tuvieron que asumir su papel.

Finalmente, ante la posibilidad de alguna actuación poco clara de algún federativo con respecto a ciertos problemas de tipo económico, la tibieza del presidente de la federación fue determinante para intentar que el tiempo transcurra y haga olvidar el escándalo actual.