Iñigo, en Televisión

He conocido, por las informaciones de EL PAIS sobre televisión, y luego ratificadas por la suspensión del programa, que eso que se llamó Ding-Dong dejaba de emitirse. Muy bien, me alegro. Pero no puedo dejar de pensar que, si es cierto que RTVE ha decidido suspender -enterrar, mejor- eso que dirigía el señor Plaza, por las críticas y las innumerables cartas de protesta que llegaban a TVE y a la Prensa -en esto me temo que los lectores de EL PAIS han tenido mucho que ver, afórtunadamente-, ¿por qué no empiezan los críticos de televisión y los espectadores y lectores de Prensa a lanzar una verdadera ofensiva en contra de algo a lo que llaman Fantástico-80, que aburre casi tanto como Aplauso, y que pudiera ser mejor, para los españolitos, dejar de presenciar?Me duele pensar esto de un programa de Iñigo. Desde aquel Estudio Abierto, así creo que se llamaba, este señor ha perdido mucho. Yo le pediría que nos mostrase una vez más su profesionalidad, que invitara a eso que él llama «tertulia» a gente que nos pueda decir algo de verdad, y a quien nos critique un poco a Televisión. Espero que Iñigo sepa que no nos conformamos con ver una iluminación y un decorado casi perfectos. /