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Duras críticas de Carrillo a las Comisiones Obreras de Cataluña

El secretario general del Partido Comunista de España, Santiago Carrillo, en ocasión de una reciente reunión con doscientos cuadros obreros del PCE y del PSUC, atacó frontalmente las tesis elaboradas por las CC OO catalanas de cara a su segundo congreso, que se celebrará a partir del 20 de junio. Este diario ha podido obtener una copia de la inusitada intervención de Carrillo, destinada a condenar las posturas de los sectores sindicales comunistas situados a la izquierda de la dirección del PCE. Estos planteamientos del lider comunista deberán ser ratificados en la próxima sesión del comité central del partido.

«Hemos demorado demasiado la celebración de esta reunión, por un mal considerado respeto a la independencia del sindicato, que ha finalizado por ser contraproducente», afirmó Carrillo en la reunión que tuvo efecto en Madrid los días 17 y 18 de mayo. Toda su intervención fue un sistemático revés a las tesis congresuales de las CC OO catalanas, dadas a conocer por este diario el 16 de abril. Dichas tesis representan la reafirmación y profundización de una línea política y sindical que se sitúa claramente a la izquierda del PCE e incluso del PSUC, partido que, aun después de su próximo congreso, continuará siendo «estatutariamente «leninista».Las tesis de las CC OO catalanas critican con increíble dureza los pactos de la Moncloa, reafirman su independencia jurídica con relación a las CC OO del resto del Estado, establecen una total incompatibilidad entre cargos políticos y sindicales e incrementan el papel de los sindicatos en el terreno de la defensa de la autonomía política de Cataluña.

El discurso de Carrillo denunciaba la influencia política izquierdizante de CC OO. «De continuar esta situación», dijo Carrillo, «de seguir confundiendo partido y Comisiones Obreras, de no respetar de verdad la independencia del sindicato y su carácter amplio, de masas; de seguir queriendo hacer de él un partido de vanguardia, podríamos llegar a destruir una de las realizaciones históricas de la clase obrera». Y agrega: «No estamos dramatizando, sino llamando la atención sobre una amenaza real».

Tras denunciar «el sectarismo y las concepciones estrechas», Carrillo afirma: «La verdad es que en diversas circunstancias ha estado latente la tentación de hacer de CC OO más que un sindicato de clase y de masas, de vocación unitaria, la prolongación obrerista del PCE. O han aparecido tendencias a ceder ante las presiones ultraizquierdistas, un cierto temor a ser acusados de oportunismo y derechismo». Más adelante, agrega: «No superaremos las dificultades con una fuga adelante, con una radicalización ultraizquierdista, que nos alejaría más de las grandes masas».

Carrillo se manifiesta claramente en favor de un replanteamiento de la política sindical comunista. Dice: «El camino no es la fuga adelante de la vanguardia», y agrega, «estamos en un momento en que incluso hay que saber dar un paso atrás para poder dar luego dos adelante».

«En los casos a que me refiero», afirma Carrillo, «resulta que los comunistas que llevan a CC OO una línea distinta a la del partido, muchas veces están participando en direcciones de partido, discuten en ellas, pero reproducen la discusión en CC OO y promueven acuerdos de éstas en oposición a los del partido. Con ello, Comisiones Obreras se convierte en el "partido dirigente" y el partido en el "sindicato dirigido", en la "correa de transmisión".

Carrillo critica a quienes consideran que «el sindicato debiera ocuparse activamente de las cuestiones políticas más diversas, nacionales e internacionales, sin ninguna diferencia con un partido político». Añade, siempre críticamente, que dentro de CC OO hay muchos militantes y cuadros del partido que se ocupan de temas «que tienen poco que ver con lo que es y debe ser un sindicato». Refiriéndose a las diferencias entre comunistas, Carrillo afirma que no deben motivar querellas dentro del sindicato, sino que «las diferencias entre nosotros, debemos solventarlas en el partido».

Contrariamente a lo que llevan a cabo las CC OO catalanas en sus tesis, Carrillo defiende los pactos de la Moncloa. «Aquellos acuerdos», afirma, «eran un buen programa de concentración democrática». A continuación, añade: «Sin los acuerdos, ¿hubiéramos podido lograr más mejoras económicas? Creo que no, y la experiencia posterior, terminada la vigencia de esos acuerdos, lo confirma».

Aludiendo a las CC OO catalanas, con el eufemismo de «una organización confederal», Carrillo critica los propósitos de acercamiento a la Federación Sindical Mundial (FSM), con sede en Praga, y manifiesta que dicho deseo de acercamiento, «e Incluso de ingresar en ella en el futuro, es también contradictorio con la justa orientación de la confederación. Afirma que la política de la FSM es una prolongación propia de los países comunistas.

Carrillo concluye su informe afirmando que, tal como, en efecto, va a suceder, una inminente reunión del comité central del PCE tendrá como objetivo «homogeneizar la labor de los comunistas dentro del sindicato, tan necesaria actualmente».

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