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Fiat recurrió a sus reservas para repartir beneficios a sus accionistas

Los dirigentes de la firma italiana Fiat, encabezados por Giovanni Agnelli, prevén un año 1980 plagado de dificultades para el poderoso holding industrial italiano, opinión expresada con motivo de la aprobación de las cuentas de la sociedad correspondientes al pasado ejercicio.La firma italiana hubo de recurrir a sus reservas para poder distribuir entre sus accionistas el tradicional dividendo equivalente a 155 pesetas. Después de los correspondientes arreglos contables, el holding Fiat arrojó un beneficio de 47,4 millones de dólares (unos 3.200 millones de pesetas).

Sectores en pérdida

Los sectores del automóvil, el acero y algún otro arrojaron una pérdida global del orden de los 155 millones de dólares (unos 10.850 millones de pesetas). El Consejo de Administración de la sociedad atribuye a la enorme cantidad de horas perdidas una parte sustancial de estos resultados negativos, que se tradujeron en una menor producción de automóviles de 200.000 unidades.La facturación total del grupo industrial fue de 18.140 millones de dólares (1.269.800 millones de pesetas), con un aumento del 14,6% sobre el año anterior.

La mayor parte de estas ventas correspondieron al grupo automovilístico, con 8.440 millones de dólares (unos 590.800 millones de pesetas), aunque este sector fue también el que más pérdidas aportó al conjunto del grupo (117 millones de dólares, unos 8.190 millones de pesetas).

Las actividades con resultados favorables fueron las de tractores, aviación, recambios, ferrocarriles, turismo, electricidad y comunicaciones.

Las causas de estos adversos resultados radican, según la dirección de la Fiat, en los problemas laborales que padeció la empresa durante el pasado año, la inflación mundial, la baja productividad y una situación poco favorable en los mercados de cambios. La primera empresa privada industrial italiana manifestó su posición favorable a una devaluación de la lira para lograr así una mayor competitividad en los mercados de exportación, única solución que creen viable para compensar la lenta recuperación que se espera de la productividad.

Las dos posiciones más polémicas de la Fiat en estos momentos, la de su relación con Seat y su postura ante la entrada de los japoneses de Nissan en Alfa Romeo, fueron prácticamente ignoradas por los directivos de la empresa italiana, especialmente en lo que se refiere al primer tema. Sobre el segundo, Agnelli ratificó su opinión contraria a abrir una puerta a los fabricantes japoneses en Italia, lo que les daría, en su opinión, la llave de Europa. «Un acuerdo con los japoneses sería -dijo Agnelli- un paso atrás en la defensa de la industria automovilística italiana y europea».

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