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Los sondeos consideran derrotados a los partidarios de la independencia de Quebec

Un largo fin de semana, gracias a la festividad del lunes, dedicada todavía a la reina Victoria, precede al referéndum histórico que el próximo martes dia 20 determinará si la provincia francófona de Quebec continuará formando parte de la actúal federación del Estado de Canadá o, por el contrario, decidirá negociar con el Gobiemo central una «soberanía asociada», primer paso hacia la creación de un Estado independiente de Quebec.

ENVIADO ESPECIAL, La campaña electoral concluye hoy su actividad con una última intervención en televisión del primer ministro de Canadá, el liberal Pierre Elliot Trudeau, hombre de gran popularidad, que pone todo su peso y prestigio político en pro de un «no» al referéndum. Promete, siq embargo, una reforma constitucional para aumentar los poderes autonómicos de Qu'ebec. Los últimos sondeos parecen dar la razón a Trudeau, cuya campaña por el no la polariza en Quebec el líder liberal, Claudé Ryan. El 49% de personas se declara favorable a la tesis de que Quebec debe seguir formando,parte de la federación canadiense. Los partidarios de la «soberanía asociada» obtíenen sólo el 37%. Otro 14% se declara todavía indeciso.«Sea cual sea el resultado, nada será igual que antes en Quebec», dicen en la sede del comité para el sí, donde el principal protagonista, el activo René Levésque, afirmaque el proceso está en marcha y el actual referéndum es sólo una etapa hacia la independencia de Quebec.

En el fondo se trata de un problema clásico entre dos pueblos diferentes. Entre dos culturas distintas, la latina y la sajona, unidas por el colonialismo británico en 1867, con una Constitución que todavía sigue en vigor. Hoy los francófonos de Quebee se consideran discriminados, a pesar d,el importante margen. de maniobra en la gestión de muchos temas sociales, económicos y culturales. Quieren una nueva relación con los anglófonos, basada «en el principio de la igualdad entre los pueblos».

Canadá cuenta hoy con veintidós millones de habitantes, de los cuales 6.200.000 viven en Quebec. La belle provence (la hermosa región), como la denominan aquí, tiene una extensión territorial equivalente a las de España, Portugal, Francia, Italia, Gran Bretaña y República Federal de Alemania juntas.

La historia del actual movimiento independentista de Quebec nació al final de los años cincuenta, gracias a un pequeno grupo de intelectuales. Surgió lo que en Quebec se llamó «la revolución tranquila», destinada a recuperar la identidad francófona de Quebec.Un hombre, un periodista, ex corresponsal de guerra, popular gracias a sus emisiones televisadas, marcó toda una generación a partir de los años sesenta. René Levésque saltó del periodismo a la política, primero con el equipo del partido liberal, y después, en 1968, con la fundación del Partido de Quebec.

Un político pragmático

«Levésque fue el hombre político realista y pragmático, en un momento en el que el Quebec tra dicional, muy condicionado por la Iglesia, se abria a nuevas corrientes y transformaba una sociedad superconservadora en un país liberal», comentó un influyente periodista de Radio Canadá. «Fue también el momento de recordar al mundo entero que existía una identidad propia dé Quebec, cuando el general Charles de Gaulle, por aquel entonces presidente de la República Francesa, lanzó su Vive le Quebec libre (Viva el Quebec libre). Fue el 24 de julio de 1967, en el-Ayuntamiento de Montreal. Un día memorable», testimonia, Jean Girouard, hoy joven funcionario del Ministerio de Industria de Quebec.

Intelectuales y cantantes-compositores impulsaron a niveles populares, sobre todo entre la gente joven, la necesidad de un Quebec libre. De ahí los resultados electorales del partido de René Levésque, que en menos de ocho años, en las elecciones de 1976, logró alcanzar la mayoría política con 73 escaños e n una asamblea de 110 en el Parlamento nacional de Quebec. Parlamento que votó la actual propuesta de referéndum.

«El Gobierno de Quebec da a conocer su propuesta de llegar, con el resto de Canadá, a un nuevo entendimiento fundado sobre el principio de la igualdad de los pueblos. Tal entendimiento permitiría a Quebec adquirir el poder exclusivo para hacer sus leyes, percibir sus impuestos y establecer sus relaciones exteriores -lo que equivale a la.soberanía- y, al mismo tiempo, mantener con Can.adá una asociación económica comportando la utilización de la mismá moneda. Ningún cambio político resultante de estas negociaciones será realizado sin el acuerdo de la población durante un segundo referéndum; por consiguiente, ¿con cede al Gobierno de Quebec e mandato para negociar el entendi miento propuesto entre Quebec y Canadá? Si. No».

Se preguntó al viceprimer ministro de Quebec, Jacques-lvan Morin, si es viable un Quebec independiente. «Sin ninguna duda, es viable tanto desde el punto de vista económico como político», dijo Morin. «La riqueza natural de Quebec, en minerales, papel energía eléctrica, agricultura e industria, permite a Quebec aspirar a su independencia. Pero el referéndum en su fase actual no zanjará el tema de la independencia absoluta. Nos inspiramos en la Comunidad Económica Europea para mantener una asociación económica y comercial con el resto de Canadá, en igualdad de condiciones. Quebec tendrá soberanía para sus leyes, impuestos, relaciones exteriores y otros dominios».

¿Con apertura de embajadas en el exterior? «Quebec ya tiene delegaciones generales en París, Bruselas, Milán, Dusseldorf, Tokio, Hong Kong, Nueva York, Washington, Caracas y México, que cumplen en realidad casi el papel de embajadas. Queremos ampliarlo a otros países y contar con toda libertad de acción».

A la pregunta de si piensan abrir delegaciones en Madrid o Barcelona, coritestó: «No en a en nuestroprograma inmediato, aunque sí pensamos Potenciar la cultura española en Quebec. Como vicepresidente del Gobierno y también ministro de Cultura, decidí introducir cursos de español en todas las escuelas públicas a partir de septiembre. El español es una cultura hermana con la que queremos estrechar nuestras relaciones».

El proyecto de «soberanía asociada» recibe duras críticas por parte de los defensores del no. ¿Levesque no tiene suficiente coraje para plantear la pregunta en sus términos exactos, esto es, quiere Quebec la independencia? «La respuesta popular sería un no rotundo», dice Claude Ryan, protagonista del movimiento para mantener un Canadá unitario. «Levésque quiere desintegrar Canadá, lo que equivaldría a una caída del nivel de vida de los habitantes de Quebec», expone Ryan. Las personas de más de cuarenta años, la minoría del 20% de habla inglesa residente en Quebec y buena parte de las mujeres votarán no. Los medios económicos no se han pronunciado casi en ningún caso, a la espera del veredicto de las urnas.

Por el contrario, de ganar el sí, supondrá «demostrar al mundo, y a Europa en particular, que es todavía posible obtener la independencia de un país dentro de un Estado, gracias a la autodeterminación de sus pueblos», dice Edward Clotier, principal consejero de Levésque en temas sociales.

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