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Fiat incumplirá su compromiso con las autoridades españolas respecto al futuro de Seat

La dirección de Fiat ha dejado entrever en una serie de misivas intercambiadas con el INI en últimos días su intención de no cumplir su compromiso de suscripción de la próxima ampliación de capital de Seat. Según filtró ayer la Administración española, Fiat no agotará el plazo de que dispone para pronunciarse definitivamente por la participación o no en la ampliación de 6.088 millones que tiene anunciada la firma española y antes de que concluya el mismo el próximo día 31, anunciará oficialmente su retirada del proyecto. No obstante, en Italia, tanto en medios sindicales como políticos, se guardaban ayer muchas reservas en cuanto a la retirada de Fiat de su compromiso con Seat.

El hecho de que el plazo aún no haya expirado concede ciertas posibilidades a la multinacional italiana para que, aunque sea en el último momento, ésta decida no romper sus compromisos con el Instituto Nacional de Industria, y que ambas partes firmaron el pasado 11 de junio de 1979. Pero en medios próximos a la Administración española se da prácticamente como descartado el que Fiat cumpla sus compromisos.Por el momento, la postura del presidente del INI, José Miguel de la Rica, es muy firme, en el sentido de no consentir a Fiat la variación de lo que ambas partes firmaron en un larguísimo -el texto del acuerdo tiene sesenta folios- y complejo contrato hace menos de un año. Un equipo jurídico ha estado estudiando detenidamente el contrato y, al parecer, no existe ninguna cláusula a la que Fiat pueda acogerse para denunciar a Seat -o al INI- por incumplimiento del mismo. Se ha efectuado la reestructuración, se han obtenido créditos y se ha procedido a un expediente de regulación de empleo cuando el nivel de stock alcanzó la cifra de 45.000 unidades, tal como, entre otras cosas, especifican los acuerdos. Por tanto, el equipo jurídico piensa que las dudas de la multinacional italiana, y sus comentarios respecto a que la situación del mercado español ha sufrido una importante variación en este último año, no son válidos para justificar el incumplimiento del contrato.

Pese a todo ello, la Administración española parece ya definitivamente convencida de que Fiat romperá el acuerdo, y tiene ya prevista la denuncia que Seat hará ante el Tribunal Internacional de París. El escándalo internacional, ante un hecho sin precedentes, ha sido ya valorado pero, según ha podido saber EL PAÍS, el cruce de misivas entre el INI y Fiat en los últimos días parece confirmar que Fiat no cumplirá el contrato y, ante ello, el INI está dispuesto a acudir al tribunal parisiense.

Después de haberse analizado la gravedad de la situación en el último Consejo de Ministros, en el que se estudió la posibilidad de conceder un crédito al INI para cubrir los casi 3.000 millones de pesetas que corresponden a Fiat, el tema será llevado, con toda probabilidad, a la próxima reunión de la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos.

En los ambientes políticos de la izquierda italiana se ha comentado al corresponsal de este diario en Roma, Juan Arias, que la actitud pusilánime de la Fiat ante la ampliación de capital de Seat obedezca a alguna maniobra para algún fin concreto no confesado.

Se piensa también en ambientes sindicales que no se comprende cómo Agnelli pueda renunciar en este momento a un mercado como el español, sobre todo con el peligro de que su puesto lo puedan tomarlos japoneses, cuya competencia es muy temida por Fiat.

Tampoco se piensa que la familia Agnelli, ante las dificultades laborales que pueda encontrar en la producción española en el nuevo curso democrático español, y la consiguiente concienciación del mundo obrero y sindical, prefiera hacer sus inversiones, por ejemplo, en América Latina. Un dirigente sindical comunista que acaba de llegar de Brasil ha confirmado a EL PAÍS que en aquellos países el mercado automovilístico está saturado y prácticamente acaparado por los alemanes. Y añadió: si acaso, lo que demostraría esta actitud de Fiat retirándose de España es la profunda crisis de la mayor industria automovilística privada italiana, cosa que se ha intentado esconder hasta el último momento. En otros ambientes políticos no se excluye, sin embargo, que desde un tiempo a esta parte Fiat esté incluso exagerando su crisis, dando vistosas pruebas de ello para conseguir una ayuda del Estado que le resuelva algunos de sus problemas debidos a una falta de programación, a la pérdida de mercado exterior y a la crisis interna de sus trabajadores, que, según Agnelli se debe exclusivamente a los conflictos laborales.

Precisamente en estos meses, el Gobierno deberá tomar decisiones muy concretas, tanto por lo que se refiere al acuerdo Alfa-Nissan, como a toda la política automovilística italiana en profunda crisis.

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