Escasa participación en la segunda vuelta de las elecciones iraníes

Los iraníes acudieron ayer a votar en la segunda vuelta de la elecciones legislativas que permitirán formar el Majlis (Parlamento), del que dependerá, según designio del imán Jomeini, el futuro del medio centenar de rehenes norteamericanos.

La asistencia fue escasa. Esta vez se trataba de completar los 189 escaños que quedaron vacantes tras la primera vuelta. En ésta, 81 escaños fueron cubiertos por candidatos que obtuvieron la mayoría absoluta el 14 de marzo pasado.Estos 189 nuevos diputados (más los 81 que obtuvieron mayoría hace dos meses) llenarán, en breve, los 270 asientos del Majlis.

Jomeini votó a primera hora de la mañana, cerca de su residencia en el norte de Teherán, en la que vive desde que abandonó el hospital en el que se recuperaba de la enfermedad sufrida a principios de año.

Sin ningún desorden importante (excepción hecha del Kurdistán, donde menudearon los incidentes, como desde hace varios días, y cuyos colegios electorales permanecieron cerrados), los iraníes estrenaron esta vez un sistema informatizado del cómputo, que promete dar mejores resultados que los utilizados en las tres consultas celebradas anteriormente, desde que triunfó la República Islámica. Ahora los fraudes (que abundaron en la primera vuelta) serán algo más difíciles.

Según se cree, esta vez se conocerán los resultados en dos o tres días. Es difícil hacer previsiones, pero se espera una nueva victoria del integrista Partido de la República Islámica (PRI), que obtuvo más del 70% de los votos en la primera vuelta, y un alza relativa de los muyaijdines (progresistas islámicos), que esta vez iban apoyados por personalidades religiosas como Melidi Bazargan, el último primer ministro con que ha contado este país.

Normalmente, no habrá nuevo primer ministro hasta que se constituya el Parlamento. Cada vez gana más peso la idea de que el presidente Abolhassan Banisadr apoya la candidatura del almirante Madani, un «hombre duro» que fue jefe de la flota y gobernador del Juzestan y que tiene merecida fama de querer apartar a los clérigos de la política. Si, como se confirma, los integristas del PRI se constituyen en mayoría, Banisadr no tendrá las cosas fáciles: el poder seguirá atomizado y será aún más difícil superar esta crisis política que vive Irán desde el otoño pasado y que tiende ya hacerse crónica.

Golpe de Estado frustrado

El líder del Partido Demócrata del Kurdistán Iraní (PDKI), doctor Gamselu, ha hecho unas interesantes revelaciones sobre un intento de golpe militar en Irán, que puede estar relacionado con la fracasada operación del comando norteamericano en Tabas.«El pasado mes de noviembre», ha relatado Gainselu al enviado especial del semanario italiano L'Espresso, «vinieron a verme unos generales y me expusieron un detallado plan: bombardeo nocturno de Qom -donde en aquel momento se encontraba Jomeini- y un asalto simultáneo de los centros de poder».

«Entonces», añade Gamselu «yo les pregunté a los generales qué es lo que ofrecían a cambio de nuestra neutralidad. Ellos respondieron que una autonomía garantizada por el presidente egipcio, Anuar el Sadat. Naturalmente, yo rehusé, pero los generales volvieron a visitarme: fue precisamente pocos días antes del fallido intento norteamericano de Tabas».