El Banco Exterior de España obtuvo casi 3.000 millones de beneficios en 1979

El beneficio distribuible del Banco Exterior de España, con cargo al ejercicio de 1979, se elevó a 2.973 millones de pesetas, superando en un 6,18% la cifra obtenida en el año anterior. Estos resultados permitirán repartir un dividendo bruto de 73,101 pesetas por acción, que corresponde al 6% de los recursos propios medios, máximo autorizado por la ley para la distribución de beneficios a las entidades bancarias.Los recursos ajenos alcanzaron los 207.539 millones de pesetas, superándose por primera vez la cota de los 200.000 millones. Las aportaciones oficiales para financiar operaciones de exportación se aproximaban al finalizar el ejercicio a los 187.000 millones, con lo que la cifra total de recursos disponibles se elevaba al finalizar el año a 413.623 millones de pesetas, con un incremento relativo del 29% en relación a las cifras del ejercicio anterior.

Por su parte, los fondos propios terminaron el año establecidos en torno a los 19.131 millones de pesetas, con un incremento del 31 %.

En cuanto a la expansión exterior del banco, capítulo fundamental dentro de su actividad, en función a su actividad crediticia a los sectores exportadores, abrió dos delegaciones y dos sucursales, una de ellas en Moscú. Los recursos propios en el sector exterior ascendieron a 4.237 millones de pesetas, con un crecimiento relativo del 18,3%; 53.456 millones en cuentas acreedoras, que crecieron en un 22,2%, y un beneficio antes de impuestos de 836 millones, que superó en un 32,1 % los resultados obtenidos en la actividad exterior del banco en el ejercicio anterior.

Rumores de expansión

El Banco Exterior se encuentra participado mayoritariamente por el Estado. Ocupa el octavo lugar entre los bancos comerciales del país. Su estructura comercial cuenta en los actuales momentos con poco más de doscientas sucursales, cifra realmente baja si la comparamos con su volumen de recursos y nivel de actividad. Esta circunstancia le ha llevado a lo largo del pasado ejercicio a protagonizar innumerables rumores sobre posibles compras y fusiones de otras entidades bancarias, casi todas ellas en apuros.Así, a principios del verano se especuló con la posible integración en el grupo exterior del otro gran banco comercial en el que el Estado, a través del patrimonio nacional, ostenta una posición mayoritaria: el Banco Rural y Mediterráneo. Esta entidad, que tradicionalmente estuvo en manos del aparato sindicalista vertical y que con su disolución pasó en un primer momento a la AISS (Administración Institucional de Servicios Socioprofesionales) y a continuación al citado patrimonio del Estado.