Triunfo laborista en las elecciones municipales de Inglaterra y Escocia
El Partido Laborista ha obtenido un importante triunfo en las elecciones municipales celebradas en Inglaterra y Escocia el 1 de mayo; pero, como afirma el diario independiente The Guardian, «no ha conseguido la victoria de proporciones históricas» que esperaba.El resultado de las elecciones no deja lugar a dudas sobre el ganador y el perdedor o, en este caso, los perdedores. Los laboristas han conseguido una mayoría absoluta en importantes centros industriales de Inglaterra y Escocia -ni en Gales ni en Londres se han celebrado los comicios-, pero en las zonas rurales del sur de Inglaterra, las más populares del país, los ayuntamientos han seguido en manos de los conservadores.
A la vista de los resultados en más del 90% de los ayuntamientos, los laboristas han registrado 509 ganancias frente a 33 pérdidas, mientras que en el caso de los conservadores el resultado se ha invertido: han ganado 43 concejales, mientras que han perdido 436. Por su parte, los liberales han confirmado la teoría política británica de que siempre que la opinión se radicaliza gana el partido del centro. Así, el Partido Lizeral, que sólo cuenta once diputados en la Cámara de los Comunes, ha conseguido aumentar en w/-á sus concejales, con sólo una pérdida de veintisiete.
Junto a los conservadores, el gran perdedor de la jornada ha sido el Partido Nacionalista Escocés -que en la Cámara de los Comunes pasó de once diputados a tres en las últimas elecciones generales-, con sólo once puestos de ganancia frente a 103 de pérdida.
Considerado en la totalidad del mapa electoral británico, y de acuerdo a la estimación realizada por el diario independiente The Guardian, el electorado británico ha basculado en un 4% hacia los laboristas, pero «no ha conseguido», según el citado periódico, «el triunfo de proporciones históricas que esperaba». En torno al comentario de The Guardian hay que matizar dos cosas: primera, que los ayuntamientos de Londres y de Gales no eran contestados en esta elección, lo que ha restado votos a los laboristas. Segunda, el escasísimo nivel de participación electoral, que no ha llegado ni siquiera al 40% del censo electoral.
El resultado es interesante desde el punto de vista político general, debido a la pugna existente entre los gobiernos locales y el central sobre el gasto público, a consecuencia de los límites impuestos por la Administración central sobre los ayuntamientos, que serán ahora mucho más contestados. Igualmente el resultado pone de manifiesto la impopularidad de la política de austeridad impuesta por el Gobierno de Margaret Thatcher para conseguir el saneamiento de la economía.
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