Situación preocupante
Los más cualificados especialistas del mercado se mostraban especialmente nerviosos en la mañana de ayer a la vista del comportamiento de los mercados de valores nacionales.Y su principal motivo de preocupación no venía precisamente por el lado de la cuantía de las bajas, extremo que no pasa de la pura anécdota, sino del evidente deterioro en el ambiente, que, se producía como consecuencia de las prisas de los vendedores.
Algo pasaba. Terminados los corros eléctricos, que era en los únicos en los que se conseguía llegar al cierre manteniendo un cierto equilibrio entre las posturas de compra y las de venta, el mercado parecía derrumbarse y los últimos compradores emprendían una veloz retirada hacia sus remotos refugios de invierno.
Todos los valores con alguna entidad propia eran sometidos a unas considerables presiones por parte de los vendedores. Y de nuevo se producía un fenómeno singular: si muchos valores no bajaban más era sencillamente porque no contaban con compradores a ningún precio. Esta descripción resulta perfectamente válida para los valores del sector bancario, donde la minoría de las compras, frente a las ventas, resultaba apabullante. Tanto que los saldos vendedores se elevaban, para el conjunto de los siete grandes, a los 250.000 títulos.
Al mercadillo de letras se incorporó el Continental Bank, ofertando dieciséis efectos, de los que consiguió colocar doce. En total se ofrecieron 88 letras, de las que fueron negociadas 41.
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