Jomeini acusa a Bagdad del asesinato del líder chiita iraquí

El presunto asesinato del imán Mohamed Bagher Sadr, jefe de la comunidad chiita iraquí, ha provocado una reacción violenta del ayatollah Jomeini, que lanzó ayer un llamamiento al Ejército iraquí pidiéndole que se «subleve contra el régimen baasista de Bagdad». Mientras el Gobierno de Bagdad observa un mutismo total sobre el asunto, el Consejo de la Revolución iraní anunció ayer que poseía pruebas irrefutables sobre el asesinato del imán Bagher Sadr.El llamamiento de Jomeini, dirigido al Ejército iraquí y a la comunidad chiita del país que representa el 55% de la población se produce exactamente una semana después del lanzado por un responsable del Consejo Superior Chiita libanés, el jeque Abdel Amir Kabalan, quien, tras anunciar la muerte del imán Bagher Sadr, pidió al jefe de la comunidad chiita mundial, el imán Abdul Kassem al Juhi, residente en Nadlaf (Irak), que «deje de ser cobarde e incite a los chiitas de Irak a que se subleven contra el Partido Bass iraquí».

Aunque la situación política interna iraquí, especialmente la naturaleza exacta y la fuerza de los movimientos de oposición, no está clara para la mayoría de los observadores, las autoridades de Bagdad han reconocido la existencia de tales grupos. El 9 de abril el presidente del Tribunal Revolucionario iraquí anunció el descubrimiento de un partido projomeinista.

Este partido, cuyo nombre es Al Daua (El Llamamiento) ha sido acusado de «transmitir informaciones de carácter militar a Irán», y de haber perpetrado atentados en Basora, principal puerto petrolero iraní, y en Bagdad.

Por otra parte, la organización Amnistía Internacional asegura en un informe recién publicado en Estocolmo que más de cien personas han sido ejecutadas en Irak desde principios de marzo. Entre el centenar de víctimas figuran 45 militares y unos sesenta musulmanes de confesión chiita. Para Amnistía, estas ejecuciones «son la respuesta del régimen iraquí a la creciente actividad de la oposición».