La crisis del Banco de Asturias puede tener un desenlace imprevisible

Las dificultades que atraviesa el Banco de Asturias han detenido bruscamente su línea ascendente, que refleja el incremento de su pasivo desde los 4.400 millones de pesetas que tenía en 1976, hasta los 10.000 millones con que contaba en julio de 1979, y amenazan con un desenlace imprevisible que podría consistir en su integración en un grupo financiero no identificado con los intereses y necesidades de la región en el pase al Fondo de Garantía de Depósitos, o incluso en su hundimiento, aunque la fidelidad de su clientela supone su principal garantía de supervivencia.El Banco de España intervino el Banco de Asturias en julio de 1979, después de una inspección llevada a cabo ese mismo año.

Esta situación se prolonga, sin que se vislumbre una salida próxima capaz de frenar el delive que viene experimentando esta entidad bancaria, que, según los especialistas consultados por este diario, tiene un hueco perfectamente definido en Asturias, entre el Banco Herrero, entidad muy segura, con una dinámica conservadora y una clientela tradicional, que cuenta con un pasivo de 40.000 millones de pesetas, y la Banca Masaveu, cuyo pasivo asciende a unos 5.000 millones de pesetas y está dirigida casi en exclusiva a las empresas de su propio grupo.

Ya es un tópico que la región asturiana no tiene empresarios. Pero es poco corriente escuchar que la falta de iniciativa empresarial podía estar motivada por la ausencia de una banca regional capaz de respaldarla. Este papel podría ser desempeñado por el Banco de Asturias o por un potente banco regional que sería el resultado de la fusión del Herrero, el Asturias y la Banca Masaveu.

Las mayores dificultades para emprender este proyecto partirían posiblemente del Banco Herrero, aunque, según ha trascendido, comienza a molestarle la competencia del Banco de Asturias. En 1970, SERFI, sociedad del grupo Banca Catalana, compró en unos trescientos millones de pesetas un paquete de acciones del Banco de Langreo -anterior denominación del Banco de Asturias, puesto que entonces existía un «banco asturiano», posteriormente absorbido por el Banco de Bilbao- que superaba el 50% del capital de este banco, cuyo desarróllo fue notable, llegando a crear quince sucursales mientras mantuvo su dependencia de Banca Catalana, quien vendió todo su paquete a Corporación de Activos Financieros (CAFSA) en 1976, coincidiendo con su entrada en el Baico de Barcelona. CAFSA, que se constituyó para comprar el Banco de Asturias, adquirió las acciones de SERFI en unos 2.800 millones de pesetas, pagando una parte al contado y aplazando dos pagos.

Las dificultades hicieron su aparición cuando CAFSA no consiguió colocar en el mercado el 20% de las acciones del Asturias y la dinámica del propio banco exigía una ampliación de capital para mantener su ritmo de crecimiento.

En estas circunstancias parece ser que CAFSA se excedió en la utilización del Banco de Asturias para la obtención de créditos en su provecho. Una inspección del Banco de España determinó el nombramiento como presidente del Banco de Asturias de Prudencio Fernández Pello, director general de Hidroeléctrica del Cantábrico, entidad que preside Ignacio Herrero, a su vez presidente del Herrero.

Víctor García Cuesa, que era director general del Banco de Alicante, vinculado al grupo Banca Catalana, es designado por el Banco de España para desempeñar este mismo cargo en el Asturias, mientras son cesados varios consejeros y nombrados cuatro nuevos. CAFSA protagonizó una importante suspensión de pagos, presentada este mismo año en los juzgados de Madrid y Barcelona.

Su activo era de 5.168 millones de pesetas, frente a un pasivo de 2.413 millones.

Entre sus acreedores destacaba SERFI, con 1.183 millones, el segundo plazo de la compra del Banco de Asturias, aún no pagada pese a haber vencido el plazo. Por este motivo, y en virtud de una cláusula en el contrato de venta, en caso de confirmarse el impago de CAFSA a SERFI, vinculada a Catalana, ésta puede convertirse de nuevo en accionista del Banco de Asturias. El principal accionista de CAFSA es la sociedad Participaciones Inmobiliarias Colectivas, SA, con un 17 %, seguida de la Banca Masaveu, con un 10%.