Concejal socialista agredido en El Casar de Escalona por cuatro "ultras"

Un concejal socialista de El Casar de Escalona, pequeño pueblo de la vega del Alberche, entre las provincias de Toledo y Madrid, fue agredido el pasado domingo de Pascua, según supo ayer EL PAÍS, por miembros de Coalición Democrática, que gobierna en el Ayuntamiento. El concejal agredido, Juan María Lozano, que es portavoz de su partido en la Corporación municipal, estaba acompañado de dos niños e intentaba dirigirse a los asistentes a una representación de teatro infantil patrocinada por el Ayuntamiento. Los agresores eran miembros de la comisión de festejos, nombrada directamente por el alcalde.

Juan María Lozano asistía a la representación teatral, una vez pagadas las entradas correspondientes, en compañía de su hijo y un amigo de éste. Antes de comenzar el acto, el concejal pretendió dirigirse a los niños asistentes, como en anteriores sesiones habían hecho representantes de otros partidos. Al manifestar su intención, el párroco de la localidad, Félix Solana (la escenificación tenía lugar en un local parroquial), le indicó que tenía que saber antes de hablar a los niños lo que les iba a decir. El concejal señaló entonces que la representación era organizada por el Ayuntamiento, y él, por su cargo, era en ese momento la máxima autoridad allí. Ante la insistencia del párroco en conocer con anterioridad sus palabras, el señor Lozano señaló que aquello era una cacicada de un dictador, y al disponerse a hablar con los niños, se abalanzaron contra él cuatro personas que le propinaron una paliza, según declaró a EL PAÍS.Tras la agresión, en la que según el parte médico sufrió heridas en el cuello (una de unos ocho centímetros), un gran golpe en el maxilar, diversas lesiones en el oído y perturbaciones en el aparato urinario (como consecuencia de una patada en el riñón), de las que aún no se ha recuperado, los presentes se negaron a llamar a la Guardia Civil, como reclamaba el herido.

Fuentes socialistas señalaron a este periódico que el concejal agredido presentó la correspondiente denuncia contra sus cuatro atacantes, entre los que se encuentran Antonio Segovia, militante de Fuerza Nueva e integrado en Coalición Democrática, y el señor Serrano, coronel retirado, a quien señalan los socialistas por su ideología de ultraderecha.

Según pudo averiguar EL PAÍS, todo parece partir de una moción del PSOE presentada el 17 de marzo en el Ayuntamiento. La moción de los concejales socialistas consistía en una enmienda al proyecto de constitución de un patronato municipal para la creación de puestos de trabajo. El PSOE trataba de impedir que formase parte del mismo el párroco y proponía que los cargos del mismo fuesen elegidos o designados por todos los miembros de la Corporación. Según las mismas fuentes, dos de las personas que formarían parte del patronato son parientes en distinto grado del actual alcalde.

El Ayuntamiento de El Casar de Escalona está regido por Reyes Muro, uno de los alcaldes más antiguos del franquismo (unos treinta años al frente del Ayuntamiento no democrático), que figuró en las listas de Coalición Democrática junto con otros tres de los concejales elegidos. Otros dos concejales pertenecen al PSOE y uno a UCD. Juan María Lozano, además de ser portavoz socialista, estaba al frente de la comisión municipal de Hacienda, cargo del que dimitió porque en un año de Ayuntamiento democrático no consiguió que el secretario de la Corporación le facilitase información sobre la hacienda municipal. Por ésta y otras razones, entre ellas la convocatoria por el alcalde de plenos en horas de trabajo, que impiden la asistencia tanto de algunos concejales como de vecinos, el Grupo Socialista ha decidido no asistir a esta clase de sesiones.

El Casar de Escalona es un pueblo eminentemente agrícola y la mayoría de sus habitantes trabajan en faenas del campo, por lo que gran parte de los vecinos no finaliza sus labores diarias hasta pasadas las siete de la tarde. El alcalde, Reyes Muro, convoca los plenos municipales con temas conflictivos, según fuentes socialistas, a las cuatro de la tarde, con el fin de que no puedan asistir los vecinos.