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Los documentos internos del próximo congreso de CC OO de Cataluña, en posible contradicción con los estatutos de la central

Una muy acusada acentuación de su carácter "nacional catalán" una severa autocrítica de su actitud durante la transición a la democracia (en particular con relación a los pactos de la Moncloa), el reconocimiento de la especificidad de la clase obrera catalana, la necesidad de obrar en defensa de la nacionalidad catalana, una absoluta independencia -cuando no contradicción- respecto a las CC OO estatales, y el establecimiento de unas severas incompatibilidades entre cargos políticos y sindicales, como jamás existieron en la historia del movimiento sindical en España, son las notas dominantes de los cambios en los estatutos, proyectos de tesis y proyecto de programa de las CC OO catalanas que el consejo nacional de las mismas aprobó el pasado fin de semana.

Los documentos obtenidos fueron muy ampliamente aprobados por los doscientos miembros del consejo nacional de las CC OO catalanas, máximo organismo entre congreso y congreso. Por ello, su ratificación por el congreso, quizá con leves retoques de forma, queda fuera de toda duda. El congreso está convocado para los días 20 al 22 de junio de este año.Los actuales estatutos de las CC OO catalanas sólo aluden a las estatales diciendo que «tienen en cuenta su programa y sus estatutos», lo cual equivale a no decir nada. En las modificaciones aprobadas por el consejo nacional figura adoptar como emblema, junto con las siglas, el perfil ondeante de la bandera catalana. Asimismo, el proyecto explicita formalmente, cosa que no hacen los vigentes estatutos, que «adoptan la forma jurídica de asociación sindical acogida al texto de la ley de 4 de abril de 1977» (lo da una formulación jurídica interna al hecho que jurídicamente sea una central independiente de las CC OO de España).

El proyecto de artículo tercero de los estatutos, que detalla los «principios básicos» (que hasta, ahora eran sindicalismo de masas, sindicalismo reivindicativo y de clase, sindicalismo sociopolítico, unitario, democrático, independiente e internacionalista), contendrá «principio» nuevo que recibe el nombre de «nacional».

La nación catalana

El contenido de este nuevo epígrafe en ciernes es el siguiente: «La acción, de todo tipo, se desarrolla en el seno de la nación catalana, una de las que configuran el Estado plurinacional español. Ello supune luchar por conseguir la completa igualdad de todos quienes viven y trabajan en Cataluña, esforzarse por impedir cualquier tipo de discriminación por razones de origen geográfico o lingüístico, reafirmar la plena solidaridad de intereses del pueblo de Cataluña con los demás pueblos del Estado español. En consecuencia, las CC OO de Cataluña reconocen el Estatuto de Autonomía como el marco por el que avanzar hacia la plena autodeterminación y construcción nacional, en cuyo proceso los trabajadores deben desempeñar un protagonismo decisivo. »

Incompatibilidades

El proyecto de reforma de los estatutos introduce unas incompatibilidades muy estrictas. Así, el artículo diez de los estatutos establecería que «cualquier afiliado a las CC OO de Cataluña que fuera designado para ocupar una responsabilidad ejecutiva en la Administración central, autonómica o local, quedará liberado de sus cargos sindicales desde el momento de su designación oficial, hasta que cese en dicha responsabilidad ».El apartado segundo del mismo artículo establecería que «la independencia del sindicato de los partidos políticos exige una especial atención a aquellos afiliados a la confederación que ocupen responsabilidades a cualquier nivel de sus estructuras y tengan, paralelamente en el libre ejercicio de su militancia política, responsabilidades públicas partidarias. La separación neta de funciones implica la imposibilidad de que ocupen responsabilidades en los secretariados a cualquier nivel en el caso de haber sido elegido diputado o concejal». Una disposición transitoria precisa que, no obstante, tales incompatibilidades no entrarían en vigor hasta, como máximo, un año después del congreso de referencia.

Las nuevas y drásticas incompatibilidades -sin precedentes, por su severidad, en el movimiento sindical de España- afectarían a un diputado comunista del Parlamento español (Cipriano García) y a cinco diputados comunistas del Parlamento catalán (Juan Ramos, Francisco Frutos, Antonio Luchetti, Agustín Forner y Justiniano Martínez), así como a unos ochenta concejales de muy diversos municipios catalanes.

Normas de interpretación en caso de conflicto

Como sea que, obviamente, dichos estatutos contienen diferencias de peso con los propios de las CC OO estatales, el artículo cuarenta del proyecto catalán contiene la siguiente precisión: «Los presentes estatutos (de las CC OO catalanas) poseen validez superior a cualquiera otros en caso de diferente interpretación o enunciado».Otro documento aprobado por el consejo nacional de las CC OO catalanas es el de «tesis de programa». En su primera parte contiene un muy autocrítico balance del proceso de transición a la democracia acaecido en España. «La política de consenso», afirma el documento, «tuvo expresiones, en su contenido y en sus formas, que comportaron desinformación, desmovilización de los trabajadores». También manifiesta que se obró «subordinando a los acuerdos entre los núcleos dirigentes de las organizaciones políticas, tanto la necesaria lucha reivindicativa, como el conocimiento real de todos los problemas y la movilización y organización de masas para incidir en el proceso».

El pacto de la Moncloa

Del pacto de la Moncloa y su forma de obrar con relación al mismo se afirma textualmente que constituye «el antiejemplo de lo que debe ser la actuación transparente y democrática de las organizaciones de los trabajadores, tanto políticas como sindicales». A lo que agrega: «Las organizaciones firmantes y las que se corresponsabilizaron acríticamente de la firma tuvieron que explicar el pacto (de la Moncloa) a posteriori, es decir, justificándolo. En algunos casos, dando una versión triunfante de su contenido».Más adelante, añade: «Así, al año siguiente de los pactos de la Moncloa, el 1978, la derecha ya no necesitó de ningún acuerdo para imponer sus objetivos. CC OO no había sacado las consecuencias de lo sucedido en el pacto y replanteamos algo parecido con el pacto a cuatro bandas. Pero la derecha se había consolidado y no necesitaba de ello, impuso su decreto de reducción de salarios».

El documento defiende la especificidad de la clase obrera catalana y considera que «debemos considerar críticamente que nuestra aportación, primero, a los contenidos del Estatuto, y, después, a la defensa del proyecto, fue insuficiente».

De la especificidad catalana -mucho más destacada en estos documentos que en otros anteriores de la misma central- saca consecuencias organizativas. «A una práctica sindical nacional», se afirma, «corresponde, cosa obvia, un modelo organizativo acorde con los anteriores planteamientos, esto es, una estructura de clase nacional». Para, a continuación, formular la siguiente conclusión: «Las federaciones nacionales, organismos máximos en Cataluña en sus respectivos ámbitos, son las soberanas para decidir y aplicar la línea sindical en sus competencias estrictas».

Los documentos reseñados citan en ocasiones a otros anteriores para presentar los actuales trabajos como una mera profundización de los precedentes. Si bien es cierto que CC OO de Cataluña llevó a cabo en muy difíciles condiciones un gran esfuerzo de comprensión y defensa de las reivindicaciones autonómicas catalanas (y, en particular, en el campo decisivo de la integración de los inmigrantes), lo cierto es que la defensa de la especificidad catalana nunca había llegado tan lejos como en los documentos hoy revelados.

En cuanto a la dura autocrítica respecto a los pactos de la Moncloa, constituye un auténtico llamado a la integración en CC OO de militantes de las minúsculas centrales situadas a su izquierda. En cambio, en toda la documentación no hay un intento de atracción de la base obrera moderada que puede representar mejor UGT.

Respecto a la acentuación de la independencia con relación a las CC OO del resto de España, tampoco hay que olvidar que el PSUC continúa siendo un partido estatutariamente «leninista» -en gran parte, gracias a la defensa del «leninismo» que hicieron los dirigentes comunistas de CC OO- y el PCE ya no lo es.

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