El líder liberal británico, David Steel, arremete contra el sistema bipartidista
El genio político del pueblo británico radica en su sentido de comunidad, de vivir en común, y toda solución política que no esté basada en una identidad de propósitos, en una riqueza común y en unos sacrificios comunes está condenada al fracaso. Sólo la tradición intelectual liberal puede proporcionar la fuerza necesaria para resolver los problemas británicos.
Esta es la conclusión a la que llega el líder del pequeño Partido Liberal británico, David Steel, en un interesante estudio publicado ayer con el título El laborismo en los ochenta. Hora de retirarse.El folleto, editado por el departamento de publicaciones del partído, constituye un demoledor ataque contra el bipartidismo imperante en el Reino Unido, como consecuencia del sistema electoral mayoritario, y una defensa del futuro político de los liberales. Sin embargo, Steel concentra sus críticas en el laborismo, con la esperanza de atraer a las filas liberales los elementos socialdemócratas del Labour Party desencantados con la actual crisis.
Para el líder liberal, las únicas ideas dentro del laborismo actual proceden de los neomarxistas, lo que produce escalofríos en las filas socialdemócratas. En el pasado, el Partido Laborista se llevó una gran parte del voto liberal porque se presentaban a la opinión como un partido unido y con credibilidad. En la actualidad, ocurre todo lo contrario. Mientras los liberales constituyen una fuerza homogénea, unida y entusiasta, los laboristas están exhaustos y se encuentran al borde de la bancarrota moral, intelectual y financiera, dice Steel, quien añade que su estudio constituye «un intento de hacerse con el apoyo del laborismo».
La causa de la actual crisis laborista hay que encontrarla, según David Steel, en los cuatro dogmas incorporados a la ortodoxia laborista en los orígenes del partido, sin los cuales los elementos comunes entre los liberales y los laboristas podrían haber encontrado una expresión política común hace mucho tiempo. Son éstos: el poder especial de los sindicatos, la ecuación Estado centralizado igual a socialismo, el establecimiento del clasismo como la base de la atracción del partido y la preferencia «fabiana» de la autoridad paternalista sobre la democracia fraternalista.
Encrucijada política
Gran Bretaña se encuentra en una encrucijada política y nadie debe poner en duda la necesidaid de un cambio político. La Cuestion es dónde se puede encontrar la necesaria dirección política que sea capaz de articular las alternativas. Según el líder liberal, el Gobierno de la señora Thatcher no supone una solución, sino más bien una intensificación del problema.El genio político del pueblo británico reside en su sentido de la comunidad y este sentido no ha sido alimentado en muchos años. El Gobierno actual, piensa David Steel, no sólo no está dispuesto a alimentarlo, sino parece querer matarlo por inanición, en una referencia directa a los enfrentamientos entre las fuerzas sindicales y la Administración.
Después de afirmar que el Partido Liberal puede proporcionar una amplia coalición de moderados, progresistas y radicales, Steel concluye que «el Partido Laborista debe aceptar las sugerencias de la historia y hacer sitio a los que pueden aportar nuevas ideas y nueva dirección. Es hora de retirarse».
La publicación del folleto de Steel coincide con una revitalización de las especulaciones sobre la formación de un nuevo partido reformista y de centro en Gran Bretaña, nutrido por los liberales, los socialdemócratas y los moderados del Partido Conservador.
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