Mañana será clausurado el Colegio Mayor José Antonio

Un total de 114 alumnos del Colegio Mayor José Antonio tendrán que recoger mañana obligatoriamente sus cosas y trasladarse a otro centro semejante hasta que finalice el curso escolar, según una orden escrita enviada a cada uno de ellos por el rector de la Universidad Complutense, Angel Vian Ortuño, hace doce días.La orden de clausura del José Antonio la recibieron los escolares el día 4 de enero -el edificio será la futura sede del rectorado-, cuando todavía estaban en sus domicilios familiares pasando las vacaciones de Navidad. Sin embargo, los escolares volvieron al colegio y se negaron a abandonarlo por los trastornos de todo tipo que les podía suponer un traslado a la mitad del curso. El rectorado presionó suprimiendo servicios tan elementales como la comida, la calefacción y la limpieza, además de amenazas también por escrito de desalojo por ocupación indebida y apertura de expedientes académicos.

Los alumnos contestaron al rectorado con una querella criminal -firmada por 74 alumnos- por supuesto delito de coacción contra el rector de la Universidad Complutense y el director de colegios mayores, Bernabé Sanz.La querella sigue actualmente su curso.

Sin embargo, el desalojo no llegó a producirse, y pocos días después de todos estos incidentes el colegio volvió a contar con el servicio de calefacción y agua caliente, aunque todo lo demás ha seguido suprimido.

Demandas de los padres

Además de la carta enviada por el rectorado hace diez días a los alumnos, los padres de éstos han recibido también comunicaciones en las que se pide que las familias «aconsejen a sus hijos que depongan su actitud, ya que el plante supone un grave perjuicio no sólo para la universidad, sino que también repercute en todo el país».Tal carta, según aseguran los alumnos, ha sido negativamente recibida por sus familiares. Uno de los padres, José Antonio Rodríguez, ha asegurado que presentará una demanda contra el rectorado. Según parece, la misma acción podrían realizarla varios padres de alumnos más.

Pese a todo, esta vez los colegiales parecen dispuestos a abandonar el José Antonio y trasladarse a otros lugares hasta que finalice el curso. Gran parte de ellos se instalarán en el colegio Marqués de la Ensenada, debido a que han conseguido unos precios especiales y a que está próximo al José Antonio.

Un último problema que el rectorado ha planteado a estos 114 colegiales es la pretensión de cobrarles 6.000 pesetas por cada mes que han permanecido en el centro desde que ordenaron su clausura. Los únicos que pagarán serán los que tenían abonado el mes de junio, y que no podrán recuperar el dinero. Los demás se niegan tajantemente a pagar, por considerar que las condiciones en que han vivido han sido lo suficientemente penosas e incómodas como para, encima, tener que pagar, y porque todos ellos se sienten perjudicados por las molestias sufridas desde principios de año a causa de lo que ellos califican de «decisión arbitraria» del rectorado, que quiere instalar en este centro sus oficinas generales.