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Gente

La llegada de la primavera

la celebró el escritor gaditano Fernando Quiñones rodeado de trescientos amigos, hortensias y romeros. Fue un homenaje al autor de Las mil noches de Hortensia Romero, finalista del último Premio Planeta de novela. El agasajo fue organizado por los múltiple amigos que Quiñones tiene en el mundo artístico e intelectual de este país. Como muestra de la variedad de solidaridades que este personaje concita, citemos algunos nombres de los que estuvieron presentes: los Borbón Parma, Antonio Gala, Carlos Gortari (director general de Cinematografía), José Hierro, Félix Grande, J. M. Caballero Bonald, Francisco García Pavón, Castillo Puche y otros. En el curso de la cena, Cristóbal Montes, organizador del acto, pronunció un discurso en el que había una buena nueva: a partir de ahora crea un premio poético, dotado con 100.000 pesetas, con el que se acogerá cada año el inicio de la primavera. Se llamará Jaima, como el restaurante de Majadahonda (Madrid) donde se celebró el homenaje a Quiñones, y tendrá otro atractivo: el ganador obtendrá, además del dinero, una «paloma de primavera» realizada en cerámica por la escultora Carmen Perujo. Quiñones tam bién recibió esa paloma cerámica y se calmó su emoción gracias al rieja que circuló entre hortensia y romeros, en una cena que fue «como un ascua de oro en la que de cuando en cuando, entraban ráfagas de aire ». Alberto Cortez y el propio Quiñones, junto con el guitarrista granadino Angel Cortés, se encargaron de darle a la reunión canciones, sentimiento y soleares añejas de Cádiz. Al final, Quiñones decía: «No debían haberme homenajeado a mí, sino a Hortensia Romero, la puta gaditana cuya historia cuento en mi novela.»

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