El cierre de "Arriba"
Como trabajador del extinto diario Arriba, quisiera hacer algunas precisiones a la alucinante carta publicada el pasado día 29 de febrero y que iba firmada por A. Fernández Figueruelo.No voy a entrar en consideraciones acerca de si un Estado democrático puede disponer de una prensa pública. Quizá, como puntualización, quisiera decir que la libertad de prensa, la libertad de información, sólo es posible cuando los ciudadanos pueden participar directamente en los medios de comunicación. Lo otro, la posibilidad de crear empresas periodísticas, sólo lo hacen posible las personas o grupos con el suficiente capital como para disponer de un medio de comunicación. Esto último no tiene nada que ver con la democracia. Soy de los que opinan que en España habrá una verdadera libertad de prensa cuando puedan coexistir una prensa privada, ligada a intereses económicos o políticos, y una prensa estatal pública, democrática y al servicio de todos los ciudadanos.
Lo que me ha encorajinado es el hecho de que quien está fuera de juego (el señor Fernández es desconocido para mí) se permita dar unas «informaciones» totalmente absurdas. No era precisamente el PCE el que pudiera manipular a los trabajadores del diario Arriba. Primero, porque el número de afiliados al Partido Comunista era mínimo, y segundo, porque no disponían de la fuerza suficiente. Es, pues, totalmente falso el que el PCE hiciera de Arriba un campo de acción.
Es totalmente falso, y yo viví todo el encierro, que se produjeran incidentes y que esos incidentes dieran lugar al cierre del periódico. El Arriba hacía mucho tiempo que se había cerrado. No interesaba a UCD mantenerlo porque no podía utilizarlo a su antojo. Debo decir también que cuando los trabajadores «tomamos» (expresión utilizada por el citado señor Fernández), lo hicimos todos. El primer número de la «torna» fue hecho por redactores que estábamos afiliados a CCOO, UGT, USO, SU y, sobre todo, independientes, así como todos los trabajadores de talleres sin excepción. El segundo número se hizo sin la participación de los redactores de UGT (me gustaría que alguna vez explicasen las razones del abandono). No tomamos nada, hicimos uso de nuestro derecho de periodistas, tipógrafos, etcétera, de hacer un periódico. Y lo hicimos. Y quedará en los anales de la pequeña historia de la prensa de este país.
Es falso que hubiese conflicto entre las alas radicales y moderadas de CCOO y UGT. Primero, porque UGT tuvo muy poca presencia en aquella lucha. Segundo, porque las decisiones eran tomadas en asambleas y puedo asegurar que nunca hubo el más mínimo intento de manipulación por parte de nadie. Lo de la «estrategia revolucionaría» que el citado señor aplica al ala radical de dichos sindicatos era algo totalmente aceptado por todos los trabajadores de la Cadena: luchar por una prensa pública, regionalizada, democrática y al servicio de todo el pueblo español. Eso es, según parece, estrategia revolucionaria. Como redactor del diario Arriba, como militante de USO que colaboré con todas mis fuerzas en la lucha de los trabajadores, quiero manifestar mi tristeza por carta semejante. Quiero manifestar mi rabia porque esta lucha que emprendimos la perdimos, aunque sólo fuese momentáneamente. El señor Fernández puede considerar bien cerrados a los periódicos de la MCSE, pero, por favor, que no lo justifique con la democracia. Es un insulto intolerable.
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