Vestir bien
Ultimamente se oyen con demasiada frecuencia, entre la clase política española, frases como éstas: «Aquellos jóvenes debían ser fascistas, pues llevaban pelo corto e iban bien vestidos», «Nos abordó un joven sospechoso por su melena e indumentaria», o esta otra que se atribuye al líder de Fuerza Nacional del Trabajo: «Los agresores del obrero (Vicente Cuervo) pueden ser sus propios compañeros de izquierda. Iba relativamente b¡en vestido y debieron confundirle con uno de los nuestros.»No hay duda que esta España, nuestra continúa dividida en dos partes totalmente irreconciliables. Yo, que vivo en un barrio obrero y que me gusta «vestir bien», dentro de las posibilidades que me permite el subsidio de desempleo que percibo, sufro en mis carnes las miradas hostiles de la mayor parte de las gentes del barrio; incluso cuando entablo conversación con alguno de ellos, me doy perfecta cuenta de las reservas con que soy tratado al principio y hasta que mis interlocutores captan mi talante liberal e independiente.
Es precisamente esta independencia,política mía la que me permite exponer desde estas líneas mi repulsa hacia todos y cada uno de los políticos del país, señalándoles como responsables activos de esta situación que sólo puede conducir a hacer más profunda la sima que separa a los españoles, y si estos señores, desde sus cargos, siguen fomentando la espiral del odio, ésta nos arrastrará a todos a su interior y será inevitable un enfrentamiento de consecuencias imprevisibles.
