Zatopek: "El socialismo, unica vía para el desarrollo del deporte"
Cinco medallas olímpicas, cuatro europeas y diecisiete récords mundiales convirtieron a Emile Zatopek en uno de los mejores atletas de toda la historia. En los Juegos de Helsinki logró una proeza jamás igualada: ganó los 5.000 metros, los 10.000 metros y la maratón. Fue atleta a la fuerza y el correr le gustó luego tanto que llegó a entrenarse en los pasillos de su propia casa. «La locomotora humana», como se le conoció, llegó a Madrid para intervenir ayer en el programa televisivo La clave. El ex atleta rechaza el boicot a los Juegos Olímpicos y entiende que «el socialismo es la única vía para el desarrollo del deporte».
En 1954, todos los récords mundiales de las distancias comprendidas entre los 5.000 metros y los treinta kilómetros tenían un solo propietario: el checoslovaco Emile Zatopek. Tenía entonces 32 años. Fue cuando desarrolló su máxima velocidad, porque llegó al atletismo muy tarde, a los diecinueve años. A partir de ahí comenzó a experimentar nuevas técnicas de entrenamiento y llegó a ser uno de los mejores atletas de todos los tiempos. Su despedida tuvo acento español. Su última carrera fue en el cross internacional de San Sebastián, donde asombró a todos con una victoria que puso el final a su etapa atlética.Zatopek permanece alejado del deporte desde 1968, cuando la «primavera de Praga». Se llegó a decir entonces que le habían tildado de traidor y que la revolución le había llevado a una escala social inferior. El mismo lo desmiente: «Los soviéticos llegaron a Checoslovaquia no para atacar al pueblo, sino para defender el régimen. Yo vivo bien, incluso gano más dinero que antes. He tenido ofertas de muchos países para entrenar, pero me siento más útil en mi nueva faceta de investigador geológico.»
Llegó a ser coronel del Ejército checo y en las milicias pudo mejorar sus condiciones atléticas, porque el sistema de los países del Este así lo permite: «El socialismo es magnífico para el deporte, mucho mejor que el capitalismo. La prueba está en cuando se separó Alemania. La República Democrática Alemana ha desarrollado más el deporte que la República Federal de Alemania, Cuba es hoy una pótencia deportiva y muchos países del Este están adquiriendo hoy en día un grado importante. »
Los Juegos Olímpicos de Moscú cuentan con el total apoyo de Zatopek: «La vida moderna necesita deporte y hay que apoyar, por tanto, el movimiento olímpico. Carter no es un buen deportista, porque apoya el boicot, no es un buen hombre para los Juegos.» Zatopek no entiende por qué España aún duda en participar en Moscú: «Cuando gané las finales olímpicas en Helsinki no me pregunté qué pasaba en Corea; cuando mi esposa, Dana, ganó la medalla de plata en Roma, tampoco se preguntó qué hacían los americanos en algunas playas de Asia, y ahora todos se preguntan qué hacen los soviéticos en Afganistán. Yo sí puedo decir que no aniquilan, mientras que los norteamericanos explotan o liquidan y ahí quedaron para la historia las matanzas producidas en Vietnam con el empleo del napalm.»
Zatopek es un deportista nato. El sabe lo que es levantar a los espectadores de sus asientos en un estadio, como en Londres, cuando reaccionó en la final de 5.000 metros al comprobar que dos atletas, a los que dejó pasar por creer que estaban más frescos que él -no habían corrido los 10.000 metros y Zatopek sí-, dieron síntomas de fatiga y se lanzó en pos de ellos en la última vuelta. Sus contactos con el deporte español se reducen a su despedida en San Sebastián. Recuerda al Real Madrid en fútbol y baloncesto, y a algunos tenistas. De atletas, no recuerda nombres. En cambio, sí sabe del atletismo de otros países, y califica a Sebastián Coe y a Bill Rodgers; como los mejores en las pruebas en que él destacó: «Viren ya poco puede hacer, y Rono, después de sus récords mundiales, se acabó.»
Duros comienzos
Los comienzos, atléticos de Zatopek fueron forzados. Trabajaba en una fábrica, y todos los años se organizaba una carrera. Le obligaron a participar.El no quería y alegó estar enfermo. De poco le valió la excusa. Salió en 1.500 metros y fue segundo. Le gustó eso de correr, como culminación de un esfuerzo, y comenzó a entrenarse, pero a su aire. Por aquel entonces la técnica era correr la misma distancia que la prueba o un poco más, y él se dedicó a hacer series de hasta cuatrocientos metros para mejorar la velocidad. Le llamaron loco, pero él continuó sus experimentos, que llegaban a triplicar en distancia a los entrenamientos que eran habituales. Llegó la guerra, y no significó un paréntesis para el futuro campeón, que corría por lospasillos de su casa.
La primera gran competición para Zatopek llegó a través de los campeonatos europeos de Oslo: «Fui quinto en 5.000 metros y me di cuenta de que lo que se hace en casa poco vale fuera. Intensifiqué los entrenamientos y llegué hasta los treinta kilómetros al día. Antes de los Juegos Olímpicos de Londres llegué a tener la segunda mejor marca mundial en 5.000 metros y me quedé a dos segundos del récord de 10.000 metros.» En Londres llegó su primera medalla olímpica y en Helsinki logró el no va más: tres medallas de oro en las pruebas de fondo. Y en medio comenzó la escalada hacia los récords mundiales de todas las grandes distancias. Nació entonces «la locomotora humana» y se comprendió el entrenamiento intensivo como único medio para llegar a la cúspide. «Correr es lo mejor que existe para la salud, pero no es posible competir sin entrenamiento, al menos no es bueno».
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