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Lanzan una bomba contra el palacio de la Moncloa

Una granada hizo ayer explosión, sobre las nueve de la noche, en la zona que se utiliza como helipuerto del complejo de edificios de la Moncloa. El artefacto cayó a un centenar de metros del despacho del presidente Suárez, quien en ese momento se encontraba reunido con el vicepresidente primero del Gobierno, teniente general Gutiérrez Mellado. Al parecer, la bomba fue lanzada desde el exterior, se cree que con un lanzagranadas.La explosión fue bastante fuerte y se dejó sentir en la zona de la Moncloa y carreteras próximas, provocando la natural alarma. No hubo heridos, ni se tiene noticias de que haya sido detenida alguna persona en relación con este hecho. La granada era de fabricación extranjera. Fuentes próximas a la Presidencia creen que fue lanzada desde un edificio abandonado situado a unos 250 metros de las vallas de la Moncloa, destinado a sede del Museo de Restauraciones Artísticas y que nunca ha sido inaugurado.

Otras versiones, sin confirmar, apuntan la posibilidad de que la granada hubiera sido depositada en el interior de la Moncloa, si bien los servicios de seguridad del palacio descartan tal versión. Al explosionar, la granada abrió una oquedad redonda con «cola de salida», en la que se ha encontrado hierba quemada y restos de metralla.

La onda expansiva se escuchó en toda la zona. Pese a la inmediata movilización de los servicios de seguridad, no se encontró ningún automóvil sospechoso en las inmediaciones ni se observó anormalidad alguna. De haber lanzado la granada desde el exterior -un simple fusil Cetme con un lanzagranada acoplado basta para dispararla-, los que hayan intervenido en el hecho pudieron huir con toda tranquilidad, ya que existen numerosas carreteras en la zona, entre otras, la autopista de La Coruña.

La zona en que cayó el artefacto es una pequeña pradera, que antiguamente pertenecía al Instituto de Semillas Selectas, y que sirve ahora para aterrizaje y despegue de helicópteros en la Moncloa. Se encuentra próxima al edificio del palacio, aproximadamente en línea recta con las ventanas del despacho presidencial. En torno a la Moncloa existen varios edificios desde los que es teóricamente posible disparar contra la Moncloa, e incluso se podría haber efectuado el lanzamiento desde un coche en marcha. En otra ocasión, en octubre de 1978, se informó de unas ráfagas disparadas contra el palacio.

A primeras horas de esta madrugada no se tenían noticias sobre los autores del hecho o reivindicaciones del atentado.

Sobre las nueve y media de la noche -media hora después de ocurrido el suceso- acudió al palacio de la Moncloa el ministro del Interior, teniente general Ibáñez Freire.

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Incremento progresivo de medidas de protección en la Moncloa

(Viene de primera página)

En junio de 1977, un equipo de redactores de EL PAÍS visitó detenidamente el palacio de la Moncloa (era la primera vez que los Suárez abrían su casa a la prensa española). Durante el paseo por los jardines que circundan al palacio se planteó el tema de la seguridad. ¿Le inquieta realmente al presidente su seguridad personal? La respuesta de Adolfo Suárez fue: «No, mentiría si dijese lo contrario, y no es una fanfarronada. Ese es un problema que no sentiría si no estuviera el servicio de escolta para recordarlo a cada paso.» Aquel mismo día, con motivo de un desplazamiento de rutina a La Zarzuela, en un coche blindado, marca Mercedes, el presidente llevaba una escolta de ocho o diez personas, algunas de ellas con armas automáticas guardadas en estuches negros.

En aquellas fechas (Suárez se había trasladado a la Moncloa seis, meses antes), el palacio presiden cial tenía dos puntos negros en cuestión de seguridad: la piscina y la pista de tenis, la primera entonces se estaba restaurando, y que por hallarse en un plano inferior, cerca de la antigua carretera de Castilla, podía ofrecer un blanco fácil a cualquier francotirador., Hoy, esa zona ha sido poblada de árboles. La utilización de la pista de tenis fue prohibida por los servicios de seguridad al presidente por hallarse muy próxima a la carretera de La Coruña y ofrecer idénticos riesgos.

Había un tercer punto negro: la esquina adonde dan las ventanas del despacho presidencial, en la primera planta, custodiada día y noche por un número de la Guardia Civil. Por esa zona no puede transitar nadie. «Ni yo misma», explicó Amparo Illana, señora de Suárez, a los periodistas de EL PAÍS.

Las medidas de seguridad se han incrementado progresivamente en el palacio de la Moncloa, sobre todo a raíz de la llamada «Operación: Galaxia». Además del vallado completo del recinto y la instalación de puestos de vigilancia, algunas carreteras adyacentes han sido cortadas al tráfico totalmente, y en otras se producen interrupciones ocasionales. No obstante, dos importantes vías de comunicación próximas a la Moncloa -autopista de La Coruña y antigua carretera de Castilla- continúan en uso, sin restricción alguna.

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