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La pugna PSOE-PNV, en el centro de la campaña al Parlamento

En un clima de defensas encendidas de las respectivas opciones y ataques virulentos contra los contrarios, se inició el pasado fin de semana la campaña electoral en el País Vasco. Unicamente UCD, AP y Herri Batasuna no participaron en el medio centenar de mítines celebrados en Vizcaya, Guipúzcoa y Alava, en los que destacó la pugna PSOE-PNV, las críticas a UCD y las referencias repetidas, aunque no siempre coincidentes, a los problemas de orden público y crisis económica y paro. Frente a este último, PC, PSOE, EE, LKI y MC propugnaron un Parlamento de izquierdas para evitar la creación en Euskadi de un modelo de sociedad conservadora y situar al autogobierno en una vía progresista.

La campaña se abrió con dos mítines destacados en Vizcaya. El sábado en Sestao, el secretario general del PCE, Santiago Carrillo, se refirió a la necesidad de que el Parlamento cuente con una izquierda fuerte para que el proceso de autogobierno tenga un claro matiz progresista. «No se concibe», dijo, «una política de izquierdas sin acuerdo entre socialistas y comunistas. »Roberto Lertxundi, secretar 10 general del PC de Euskadi, se extendió en violentos ataques a la coalición abertzale Herri Batasuna: «Quien vota a Herri Batasuna echa su voto a la basura. Quien vote a Herri Batasuna -que ha renunciado a la política- está cargando las pistolas del terrorismo de ETA.»

No compartía este criterio Xabier Arzallus, quien estrenó campaña en Arrigorriaga, localidad natal de Benarán Ordenana, Argala, dirigente de ETA muerto en atentado en Navidad de 1978. En la plaza que lleva el nombre de aquel, Xabier Arzallus afirmó que la lucha de los nacionalistas no va dirigida contra Herri Batasuna, «sino contra los que reciben órdenes de Madrid». Recordó a Argala, de quien dijo: «Murió por Euskadi, aunque en su lucha utilizaba métodos diferentes a los del PNV.»

El ex diputado nacionalista destacó la importancia de las elecciones próximas, «porque son», dijo, «las primeras elecciones democráticas a un Parlamento vasco y en ellas nos jugamos nuestro futuro». Aludió a la necesidad de que el pueblo vasco apoye unánimemente el desarrollo estatutario, «dado», señaló, «que UCD es maestra en echar agua por encima y sacarla por abajo».

El PSOE empleó la mayor parte de las intervenciones de sus candidatos en los diferentes mítines en atacar duramente al PNV, que presenta como su mayor enemigo en las próximas elecciones. Los socialistas inician su campaña planteando la próxima consulta como una pugna nacionalistas-socialistas, y como una elección entre sociedad progresista y reaccionaria. «El PNV», dijo Benegas en Zumárraga (Guipúzcoa), «con su actitud de inhibición y abandono de sus responsabilidades, está estafando al País Vasco, sobre todo a la clase trabajadora de Euskadi. » Criticó el hecho de que los nacionalistas no hayan hecho aún público su programa de gobierno. «Su eslogan "Todo un Gobierno para todo un puebIo"», aseguró Benegas, «es falso y demagógico, porque no se puede votar a un Gobierno sin programa. Los socialistas hemos presentado nuestro programa, pero los demás partidos están hurtando al pueblo vasco el que debería ser el gran debate de las elecciones, un debate en torno al tipo de sociedad que queremos crear en Euskadi, «un modelo progresista como el nuestro», añadió, «o regresivo y capitalista, como el propuesto por UCD o el PNV».

En Bilbao, el domingo también, Juan Iglesias, presidente del PSOE de Euskadi, se refirió al PNV en tono recriminatorio. «No es gracias a los votos del PNV a lo que debemos el Estatuto, sino a los socialistas. Aquí hay un Estatuto porque hay una Constitución, y ésta existe gracias al apoyo de Los socialistas en el Estado. Frente a esta actitud, el PNV adoptó una postura de abstención, que equivale a un no.»

PNV, contra UCD-PSOE

El Partido Nacionalista Vasco hizo críticas severas al PSOE y a UCD. Marcos Vizcaya denunció en Las Arenas (Vizcaya) «el pacto de estas dos fuerzas, que existe desde que se elaboró la Constitución y que ha vuelto a salir a la palestra a la hora de realizar el Estatuto de Autonomía».

En Mondragón (Guipúzcoa), Carlos Garaikoetxea insistió en la defensa del cumplimiento de las promesas de su partido. «De cara al 1 de marzo, la promesa electoral del PNV fue la de lograr un Estatuto digno, como mínimo equivalente al de 1936, si no mejor. Y lo hizo. Herri Batasuna, que nos llamó traidores y prometió otro Estatuto, que todavía no sabemos donde está, ahora va a participar estas elecciones estatutarias. UCD, después de negociar el Estatuto, intenta rebajarlo, y cuando denunciamos este extremo y la congelación de transferencias al CGV, tanto ellos como el PSOE nos tachan de tremendistas y electoralistas; pero al día siguiente vemos dimitir a Clavero porque su partido tampoco cumple en otras partes, o escuchamos cómo el presidente del PSOE de Euskadi (Juan Iglesias), honradamente, admite que tiene que bajar la persiana de su Consejería de Trabajo. » En medio del «fuego cruzado» entre PNV y PSOE, la coalición Euskadiko Ezkerra, sin utilizar el ataque, vendía en sus mítines su opción mixta de partido nacionalista y de clase. «Somos de izquierdas» señalaba Xabier Markiegi, segundo candidato por Vizcaya de EE, en un mitin celebrado en Bermeo (Vizcaya). «Pero no la vieja izquierda, que, por no entender la opresión nacional de Euskadi, dividió y enfrentó a los trabajadores entre sí, arrojándoles en brazos de la ideología nacionalista burguesa, vasca o española. Queremos ser la nueva izquierda, nacida de los veinte últimos años de lucha por la liberación nacional y social de Euskadi, con vocación de aglutinar a nativos e inmigrantes.

El tema de orden público se aludió de una forma insistente en casi todos los mítines. Así, mientras Carrillo insistía en Sestao en que con acumulación de UAR, GEO y medidas policiales no se arreglaba el problema vasco (que precisa au mento de potenciación en su instituciones de autogobierno) otros partidos iban más lejos en este terreno. Rosa Olivares, de EMK-MC, declaraba en un mitin en Portugalete, refiriéndose a la intensificación de medidas policiales en Euskadi, «que se trata de una declaración de guerra contra el País Vasco. Cada vez es más evidente», añadió, «que no habrá paz mientras exista esta policía».

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