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El Madrid cantó el alirón en Pozuelo

El Madrid supo estar y ganó sin problemas al Tempus. Brabender y Corbalán, espléndidos ambos, se bastaron para desequilibrar un partido jugado con gran despreocupación de los dos equipos por la defensa. El Tempus cumplió con su papel de equipo rápido y peleón, pero no pudo poner nunca en peligro el triunfo del Madrid.Los madridistas empezaron a despegarse a partir de los cinco minutos de juego; esperaban al Tempus en zona 3-2 y contraatacaban con velocidad gracias a la pareja Corbalán-Brabender, que lució en jugadas espléndidas. Cuando no había contraataque, el Madrid no tenía tampoco grandes problemas para llegar al aro, gracias al pase oportuno de Corbalán o al tiro a media distancia de Brabender. El Tempus luchaba bien bajo los aros, donde los árbitros repartían personales indiscriminadamente, sin ton ni son.

Brabender y Corbalán colocaron al Madrid con veinte puntos por delante en el descanso. En los primeros minutos de la segunda mitad sufrió la baja de Meister, al que cayeron dos personales seguidas, y no mucho más tarde perdió también a Prada y a Querejeta. Con cuatro faltas en Rullán y la baja de estos hombres, el Madrid hubiera tenido que renunciar a la defensa a no ser porque Romay estuvo acertado en esa función. Pese a las bajas del Madrid y al buen juego de Del Corral y Díaz, el Tempus nunca pudo acercarse a distancia menor Je los catorce puntos; la falta de un base que pudiera conducir el juego pesó mucho en el joven equipo madrileño, que al final se vería distanciado hasta esos veinticinco puntos que señaló el marcador a favor del Madrid. El equipo de Sainz, experto en partidos decisivos, supo estar y amarró con seguridad un partido que a priori no tenía por qué ser considerado más fácil que la salida del Barcelona.

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