La Caja de Ahorros de Madrid propone una integración a las de Cuenca, Toledo, Guadalajara y Albacete
La Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Madrid, segunda institución del país, pudiera promover en las próximas semanas un proceso de integración con las cuatro cajas existentes en la región castellano-manchega: las de Cuenca, Toledo, Guadalajara y Albacete. Una propuesta en tales términos fue presentada a principios del pasado enero por la Caja de Madrid a las cuatro restantes, cuyos dirigentes deberán responder antes del próximo día 15 de febrero. Otro proyecto paralelo, encaminado a federar las cuatro cajas -sin intervención de Madrid- fue discutido el pasado viernes, en una reunión celebrada por los respectivos presidentes. Hasta el momento, sólo Cuenca parece dispuesta a aceptar una unión con la caja madrileña.
Un denominado «Documento de trabajo y propuesta para la posible integración de las cajas de Guadalajara, Cuenca, Toledo y Albacete con Madrid», fue remitido en los primeros días del presente año a los presidentes de las cuatro instituciones de ahorro existentes en la zona preautonómica de Castilla-La Mancha, tras poco más de doce meses de negociaciones. El documento, en el que se incluyen las propuestas máximas de la Caja de Madrid para la posible integración, específica que deberá ser cursada respuesta antes del día 15 de febrero. «Pasada esa fecha sin contestación sobre la aceptación del documento, la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Madrid se considera desligada de cuantas negociaciones se han mantenido hasta la fecha», señala literalmente en el texto remitido.Las primeras negociaciones para una posible integración de las cajas de Toledo, Guadalajara, Cuenca y Albacete con la de Madrid se iniciaron en el año 1978, a instancias de los presidentes de las cuatro primeras. En aquel año, todavía estaba sin definir si la provincia de Madrid quedaría o no incluida en la región preautonómica Castilla-La Mancha. La posterior exclusión de la capital del proyecto autonómico ralentizó en principio las negociaciones, aunque posteriormente volvieron a revitalizarse.
En los primeros meses de 1979 se concluyó un estudio técnico sobre las consecuencias directas de la integración, pilotado directamente por los respectivos directores generales de las cinco instituciones. Una vez concluido el estudio, al menos tres de las cuatro cajas de la región Castilla-La Mancha sometieron el proyecto a la consideración de sus órganos rectores: consejo de administración y asamblea. Fuentes autorizadas del consejo de la Caja de Madrid insisten en que el tema no ha sido formalmente planteado en ninguna de las reuniones del consejo. Alguno de los consejeros, sin embargo, reconoce haber tenido información oficiosa del período de negociación abierto entre la Caja de Madrid y las otras cuatro.
Condiciones de integración
El documento remitido por la Caja de Madrid contempla la mayor parte de las condiciones relativas al desarrollo del proceso de integración, dividido en dos fases: transitoria y definitiva. Antes de exponer las condiciones máximas ofertadas, el documento formula una declaración de principios en la que expresa que «no se considerarán los problemas políticos y los derivados de la naturaleza de las cajas por su origen y relación con las corporaciones fundadoras, toda vez que se entiende que el órgano supremo es la asamblea general de cada caja». Este pronunciamiento responde sin duda al hecho de que las cuatro instituciones susceptibles de integración tienen estricta dependencia en origen de las respectivas diputaciones provinciales (tres dominadas por UCD y la de Albacete controlada por PSOE). En este mismo sentido se señala que «las cajas que se integren, procedentes por fundación de una corporación pública, a la que hubieran concedido aval para su actuación, quedará éste suprimido e inexistente al incorporarse a la caja integradora».El primer punto abordado es la denominación de las cuatro cajas integradas que «hasta tanto no lo acuerden los respectivos órganos de gobierno, utilizarán el actual nombre, con el subtítulo de adherida o asociada a la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Madrid». Una vez concluido el período transitorio, el documento no especifica la denominación final de las cajas integradas.
Durante el período transitorio, cada una de las cajas integradas tendrá derecho a dos asientos en el consejo de la de Madrid, «debiendo ocupar uno de ellos el presidente o consejero que le sustituya». Al mismo tiempo, cada uno de los consejos de las cuatro cajas contará con dos consejeros designados por la de Madrid y asistirá a las sesiones de los consejos de las cajas provinciales el director general de la de Madrid o persona en quien delegue. Los consejos provinciales quedarán limitados en su decisión a un tope de crédito que se fijará en su día. Asimismo, se señalan una serie de condiciones para las respectivas comisiones de obras sociales, asambleas generales y comisiones de control. Estas serían suprimidas.
Transcurrido el período transitorio «se procederá a disolver las asambleas generales y los consejos provinciales que existieron durante el período de transición». La duración del período transitorio no está establecida en el documento. Otros apartados del texto remitido por la Caja de Madrid contemplan aspectos relativos a personal, inversiones, gestión, organización y la realización de una auditoría en cada una de las cajas a integrar, «con el fin de lograr una consolidación homogénea».
Sólo Cuenca está a favor
Las reacciones al documento presentado por la Caja de Madrid han sido de índole diversa, según las fuentes consultadas. Al parecer, la única dispuesta a aceptar la negociación propuesta por Madrid es la Caja Provincial de Cuenca. Los directivos de Guadalajara se encuentran divididos respecto a la conveniencia de iniciar la negociación en los términos propuestos. La provincial de Toledo mostraría escaso interés si el tema se planteara a breve plazo. Y, finalmente, la Caja de Albacete está en estos momentos más interesada en promover un proceso de asociación entre las cuatro entidades provinciales, sin inclusión de Madrid. Este último proyecto, pretendidamente innovador en el proceso de fusiones de cajas de ahorro en España, fue presentado a los directivos de Cuenca, Guadalajara y Toledo en una reunión celebrada entre las cuatro cajas, el pasado viernes, en Madrid.El proyecto presentado por la Caja de Madrid tiene, según diversas fuentes consultadas, escasas posibilidades de ser aceptado mayoritariamente. Los mismos medios indican que tampoco la operación se contempla con excesivo optimismo desde la Caja madrileña, segunda institución del país, con más de 250.000 millones de pesetas en depósitos. La integración de las cuatro cajas incrementaría el pasivo de la de Madrid en poco más de 60.000 millones de pesetas, y, por el contrario, provocaría importantes problemas, derivados, sobre todo, del bajo nivel retributivo de sus empleados (más de un 20% inferior a Madrid) y de las diferentes características y salud de cada una de las instituciones provinciales. Como aspectos positivos, la integración supondría a la Caja de Madrid incrementar en 314 oficinas su actual red de 350, pasando a controlar todas las provincias de Castilla-La Mancha, ya que Ciudad Real, la única provincia sin caja propia, se encuentra repartida entre las de Madrid y Cuenca, en cuanto a número de oficinas. La Caja de Ciudad Real fue absorbida por la de Madrid, debido a sus graves dificultades, hace varios años. Otro elemento favorable a la integración sería la posibilidad de diversificar el ámbito de las inversiones de la Caja madrileña, interesada en propiciar actuaciones al estilo de un banco industrial, promocionando la industrialización de la zona. El 75% de sus inversiones están concentradas en el sector inmobiliario. Una actuación parecida fue iniciada hace varios años por la Caja de Ronda en las provincias andaluzas.
Los depósitos de las cuatro cajas provinciales a integrar son: Albacete (unos 17.000 millones de pesetas), Cuenca (19.00020.000 millones), Guadalajara (7.000 millones), y, la más potente de las cuatro, Toledo (más de 27.000 millones). También esta última caja es la que cuenta con mayor número de oficinas (109), seguida de Cuenca (95), con buena parte de ellas en la provincia de Ciudad Real, la de Albacete (69) y Guadalajara (41). El total de empleados de las cuatro cajas ronda los mil, mientras la de Madrid rebasa los 3.600 trabajadores.
El proceso de fusión de cajas de ahorro de la región centro pudiera extenderse en un futuro próximo a las de Avila, Segovia y Soria, con las que la de Madrid ha iniciado contactos informales exploratorios, aunque sin entrar en una fase siquiera inicial de negociaciones.
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