Sin pistas sobre los asesinos del ex ministro francés Fontanet
Ninguna pista permitía anoche un inicio de explicación del atentado contra el ex ministro francés Joseph Fontanet, muerto ayer por la mañana, como consecuencia de los dos disparos que el día anterior le atravesaron el pecho.Fontanet murió en el hospital a las seis de la mañana, sin haber recobrado el conocimiento. A lo largo del sábado, los hombres políticos galos, empezando por el presidente, Giscard d'Estaing, manifestaron su emoción y sentimientos de simpatía hacia el desaparecido. La opinión pública francesa se interroga sobre quién ha podido matar a «este hombre de bien, recto, austero, bondadoso, que ocupó un puesto relevante en la esfera política, pero que únicamente dejó como recuerdo su entrega al trabajo y, por el contrario, jamás se mojó en los asuntos más o menos turbios que jalonaron la época gaullista, durante la cual él fue varias veces ministro».
La investigación policial se revela difícil. Por falta de testigos, en primer lugar, y porque, salvo un casquillo de bala, los responsables de la encuesta no poseen ningún otro indicio. En estas circunstancias. ayer aún eran posibles todas las hipótesis: crimen político, venganza personal, asesinato fortuito. La policía ha desechado la media docena de reivindicaciones del crimen por parte de otros tantos movimientos: Brigadas Autónomas Revolucionarias (BAR), Brigadas Judias, Sección Franco-Arabe del Rechazo, Autonomitas Corsos, de intervención Antifascista y por la Unidad de la Patronal Armada. Varias llamadas telefónicas anónimas reclamaron la paternidad del atentado en nombre de esos grupos.
Los responsables de la investigación acentuaban ayer la posibilidad de un crimen fortuito; es decir, que, tras un altercado con otro automovilista, el señor Fontanet fuese víctima de su oponente.
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