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Sólo los residentes podrán aparcar libremente en los distritos céntricos

Los ocho distritos más céntricos de Madrid (Centro, Arganzuela, Retiro, Salamanca, Chamartín, Tetuán, Chamberí y Moncloa) pueden verse afectados, parcial o totalmente, a partir de mediados de marzo o primeros días de abril por las mismas medidas que, con respecto al tráfico y al aparcamiento de vehículos, tomó el Ayuntamiento durante la campaña de Navidad. De aceptarse el área sobre la que trabajan los técnicos -cuatro veces mayor que la que sirvió de banco de pruebas el pasado diciembre-, el Ayuntamiento daría luz verde al plan más ambicioso realizado en Madrid para descongestionar el tráfico de la capital y obligar al ciudadano a cambiar su filosofía del uso del automóvil.

El pasado 18 de diciembre entraron en vigor unas medidas, censuradas en un principio por algunos sectores, y que, sin embargo, paulatinamente fueron aceptadas y hasta celebradas por una gran parte de los madrileños. Los responsables de la Delegación. comentaban que, por primera vez, no se habían producido atascos en el tráfico y agradecían el respeto ciudadano a las medidas dictadas.Dieciocho días después se conocían los primeros datos. La velocidad media en toda la ciudad había aumentado dos kilómetros por hora con respecto al año anterior; el número de vehículos que, según cálculos aproximados, no habían sido movidos por sus conductores para ir al centro se elevaba a unos 50.000; las líneas de autobuses habían ganado 85.000 viajeros por día y, a pesar de las irregularidades de muchos de los residentes, que o bien no estaban empadronados en la zona o residían en ella de forma provisional, no hubo excesivos problemas.

En la actualidad, y con la idea de no retrasar la fecha de entrada en vigor, fijada para finales de marzo, los técnicos de la Delegación de Circulación elaboran un anteproyecto que puede cambiar radicalmente la situación del tráfico. La principal medida se centrará, como ocurrió en el mes de diciembre, en la restricción de aparcamiento durante las horas de comercio para los no residentes, en tanto que los residentes -con unos papeles del centro electrónico municipal en los que constará el número de la matrícula y la calle en la que vive el titular del vehículopodrán aparcar libremente en las cercanías de su vivienda.

Las diferencias con respecto a cuando se realizó la campaña de Navidad consisten en que los no residentes sí podrán aparcar provistos de unas tarjetas con las que se podrá estar detenido un determinado número de horas. Hasta el momento no se ha decidido ni dónde se venderán éstas -se piensa que en los estancos- ni el precio, que podría situarse en las veinticinco pesetas por hora, ni siquiera el formato. Al parecer, de entre las tarjetas usadas en otros países, los técnicos consideran que la más sencilla y económica es la utilizada en Viena, en la que figuran, junto a los días y las horas, unos círculos punteados para ser perforados incluso manualmente.

La falta de perforación en la tarjeta a una cleterminada hora o el descubrimierilo, por parte del empleado de control, de una, tarjeta con más perforaciones de las permitidas, conlleva la sanción correspondiente.

Otra de las novedades del proyecto es que no se limitarán unas zonas determinadas para residentes y otras para no residentes, sino que ambos compartirán las plazas de bordillo existentes, excepto en aquellas calles en las que los residentes con coche superen ampliamente la oferta de plazas situadas en las cercanías.

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Asimismo se estudia la posibilidad de dar un plazo a todos los residentes para que regularicen su situación de empadronamiento y pago del impuesto de circulación, antes de la puesta en marcha de las medidas. Este plazo serviría también para que aquellos residentes provisionales, tales como est udiantes, solicitaran una tarjeta especial para aparcar junto a su vivienda habitual.

Según fuentes municipales, la zona en la que serán aplicadas estas medidas no está aún completa -mente delimitada. Si bien los distritos de Centro, Salarnanca, Chamberí y Retiro parece que se vetán totalmente incluidos, otros como Charnartín, Tetuán, Arganzuela y Moncloa sólo quedarán afectados en su zona más cercana al centro.

Según los primeros proyectos, que podrán ser modificados a la vista del número de residentes, plazas de aparcamiento y problemas actuales de circulación, las calles que marcarán la zona de actuación son: Bravo Murillo, plaza de Castilla, Mateo Inurria, General Mola, Francisco Silvela, plaza de Roma, Doctor Esquerdo, Méndez Alvaro, glorieta de Atocha, paseo del General Primo de Rivera, roñda de Valencia, glorieta de Embajadores, ronda de Toledo, Gran Vía de San Francisco, Bailén, plaza de España, paseo del Pintor Rosales, Romero Robledo, Meléndez Valdés, Arapiles, Quevedo y Bravo Murillo.

Según pudo saber EL PAIS, los estudios técnicos están ahora centrados en la puesta al día de las estadísticas, ya que las que se tienen pertenecen a 1977, y a las posibles soluciones que se pueden tomar sobre el aparcamiento en los jardines y parques comprendidos en la zona, tales como el Retiro y el parque de Debod. En caso de que no se hubiera producido en estos dos últimos años una disminución de población, los problemas que pueden derivarse de la medida municipal tal vez hagan variar el proyecto inicial.

En los siete distritos afectados -no se cuenta Moncloa, ya que la medida le afecta mínimamente- habitaban en 1977, 1.185.000 personas. De esta cifra habría que descontar un 50% de la población de Tetuán y Chamartín, que posiblemente tampoco se verá afectada por la restricción de aparcamiento, con lo que el número de afectados se reduciría a un millón de personas.

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