La posible finalísima de la Liga, un negocio

Pese a que faltan aún cuatro jornadas para que finalice la Liga, la posible «finalísima» que disputarán el Real Madrid y el Barcelona ha despertado una expectación inusitada a todos los niveles, y es fácil adivinar que levantará no pocas polémicas, ya que son muchas las ciudades y federaciones que quieren «llevarse» el partido porque, sin duda, piensan que, además de tener un lleno asegurado, serán cuarenta minutos que servirán de promoción. De ahí que se haya establecido una verdadera pugna por ganar la subasta abierta por la Federación Española. pero lo cierto es que lo más importante es que los clubes se pongan de acuerdo en el escenario, al margen del negocio que Federación y protagonistas quieran hacer con motivo de este singular encuentro.Después de varios años de insistir, por fin se logró que se tomara el acuerdo en la asamblea de que, en caso de finalizar la competición con dos equipos igualados a puntos en cabeza, se disputara un partido en cancha neutral que decidiría el título. Se trata claramente de un «caramelo» que nunca fue degustado en el deporte español y todo él mundo quiere saborearlo, con el aliciente de que no parece muy fácil que Televisión Española logre tener la habilidad suficiente como para ofrecer el acontecimiento en directo, lo que, en cierto modo, no dejaría de ser imperdonable.

El proceso que se seguirá para llevar a cabo este partido será el siguiente: el club o federación q e lo solicite ofrece a la Española un cantidad que se dividirá en partes iguales, a repartir entre la propia federación y los dos clubes. Lógicamente, la taquilla y los ingresos que se consigan por la celebración del partido son para el organizador. Falta saber si se seguirá, después el mismo criterio para la publicidad y televisión -si la hubiese- que en la Copa, cuyo beneficiario, como se sabe, es la Federación dentro de un tinglado que hay montado y se consiente no se sabe muy bien por qué. Por otro lado no es fácil llegar a entender por qué la Federación tiene que beneficiarse de este acuerdo de asamblea que decidieron los clubes.

Es fácil pensar que ni Real Madrid ni Barcelona quieran enriquecerse con este partido, y que lo que más les importará será conseguir el título. De ahí que no sea fácil entender esa puja que han hecho todas las ciudades, sin consultar al parecer previamente con los clubes. Son ellos, y sólo ellos, los que se deben poner de acuerdo, y lo lógico es pensar que ese partido sólo sirva para decidir un título, y no para negocio de nadie. Incluso si llegasen a un acuerdo deberían acordar, previa consulta al Comité correspondiente, los árbitros de dicho encuentro.

Por último, no hace falta ser un lince para que se considere a Zaragoza como la ciudad más neutral o como la única neutral. Ni siquiera Valencia parece aconsejable en las actuales circunstancias, y, desde luego, no parece idóneo el ir a ciudades que, además de no ser equidistantes en kilómetros, lo son menos en otras cosas que también influyen. Hay que cuidar al máximo un Real Madrid- Barcelona que, sin lugar a dudas, pasará a ocupar un lugar preferente de la historia del baloncesto español.