"Los Gobiernos deben explicar lo que realmente es la energía nuclear"
Pregunta. La reunión de la OPEP en Caracas, el pasado mes, supuso el abandono formal de la estructura uniforme de precios para el crudo. ¿Este cambio en la política tradicional de la OPEP forzará a la Agencia Internacional de la Energía a modificar, la suya?Respuesta. En primer lugar, hay que resaltar que la falta de una estructura uniforme de precios no fue el único gran problema que resultó de Caracas, sino que éste, más bien, fue el alto nivel del precio absoluto que ha alcanzado desde entonces el petróleo. La última reunión de la OPEP nos trajo, pues, una situación que nos llevará, a finales de 1980, a una situación en la que el costo de un barril de petróleo será superior, por término medio, entre un 50% y un 55% superior al precio medio que costaba el crudo en 1979. Si la economía mundial ya tuvo serios problemas en 1979 para enjugar una subida de casi el 100% a lo largo del año en el petróleo, otro nuevo incremento como el ya experimentado será todavía más difícil de absorber, lo que nos conduce a esperar problemas económicos de difícil solución.
Por otro lado, está el problema de los precios diferenciales y el hecho de que un precio consolidado o uniforme de la OPEP da una mayor estabilidad a los cálculos de precios, en general. A falta de una referencia para estas dos variantes durante este año, no nos queda otro remedio que admitir que la única forma para estabilizar el mercado y el precio del crudo es reducir el consumo. De esta forma se estabilizarán la oferta y la demanda. Por eso, para regresar a una situación de equilibrio en el mercado, habrá que mantener el mismo esfuerzo y la política de ahorro aprobados en la AIE.
P. Existen indicios de que la OPEP podría reunirse de nuevo este mes de marzo próximo y considerar la vuelta al sistema de precio uniforme o marcador. ¿No cree usted que esta posibilidad que se abre para el mundo consumidor podría quedar rota con la política de reducción de los niveles de producción que algunos productores han iniciado?
R. Bueno, todavía no existe ninguna confirmación de que este encuentro de marzo se vaya a producir. En cualquier caso, la política básica que sigue ahora cada país de la OPEP es mantener su propio precio y su nivel de producción, por lo que hablar de nuevo de una vuelta a los precios uniformes sólo sería factible si las condiciones del mercado cambian para marzo y los productores se ven forzados a una decisión de tal tipo. Otro factor, importante es el hecho de que algunos de los países productores están tan preocupados como los consumidores. En el momento presente, las circunstancias del mercado de crudo pueden conducir a serios trastornos económicos y políticos. De hecho ya se producen en estos momentos todos los elementos necesarios para una situación conflictiva a nivel mundial y nadie sabe lo que podría pasar si añadimos algunos más.
En cuanto a los niveles de producción, tengo la certeza de que los principales productores de crudo mantendrán altas sus exportaciones con el fin de no añadir elementos adicionales de inseguridad. Además, yo no creo que el reducir la producción ayude a nadie.
P. ¿Hasta qué punto la invasión soviética de Afganistán y la potencial amenaza que se cierne sobre los pozos petrolíferos de Irán representa un factor decisivo en el mercado del crudo y en su estabilidad? ¿No podría Irán recortar aún más su producción?
R. Bueno, aquí creo que habría que hacer una distinción, ya que no pienso que los niveles de producción de Irán estén condicionados a la situación que vive un país vecino. Creo que la producción de petróleo iraní está mucho más condicionada por la situación interna del país, por sus posibilidades técnicas actuales, por sus condicionamientos y planteamientos políticos y por las circunstancias económicas mundiales que por otra cosa.
P. En relación con la capacidad técnica de producción de Irán, ¿no cree usted que la revolución islámica, además de acabar con el sha, ha puesto en serias dificultades a la industria petrolífera iraní?
R. No, yo no creo que Irán esté atravesando dificultades técnicas para producir petróleo. Es más, yo estoy convencido que Irán puede producir mucho más petróleo de lo que en estos momentos produce.
P. Entonces, las razones de la baja producción iraní son más políticas que otra cosa...
R. Sería difícil, en cualquier caso, decir a qué responde el hecho de que Irán esté produciendo por debajo de sus niveles habituales. Es arriesgado, además, opinar desde fuera, sin estar en Irán. Muchas veces, las dificultades son de carácter técnico y otras responden más a una decidida política de ventas.
P. Volvamos ahora de una manera específica a la AIE y a su política en favor del ahorro energético. En la última sesión ministerial de la Agencia se habló de sanciones (a aquellos países que no respeten las limitaciones impuestas en las compras de petróleo) y se intentó por parte de algún país reducir aún más las importaciones de crudo. ¿Hasta qué punto la AIE puede convertirse en un grupo coherente y solitario de países que haga frente al cartel petrolífero de los productores?
R. Respecto al primer punto, yo estoy totalmente en contra de la imposición de sanciones. Y por la sencilla razón de que muchos países, a la hora de aceptar unas cuotas de importación, se han visto perjudicados porque sus niveles de consumo en el último año, que se tomó de referencia, fueron bajos como consecuencia de circunstancias económicas particulares que atraviesan, en algunos casos, claramente recesionistas. Por esta razón no creo que se puedan imponer cuotas máximas de importación y consumo y, por tanto, tampoco sanciones. Y en cuanto al tema de la solidaridad, por mi parte pienso que la AIE no tiene sentido sin un espíritu firme y coherente de unión, solidaridad y colaboración entre sus veinte miembros, independientemente de los condicionamientos y políticas de cada uno
P. Concretamente, ¿cuál es la estrategia de ahorro y desarrollo de fuentes energéticas alternas que mantiene la AIE?
R. La AIE distingue tres períodos o fases en el desarrollo de nuestra estrategia. A corto plazo, a medio y a largo plazo. En el primer caso hablamos de un período de tiempo que va hasta 1985, como máximo. En esta primera fase, la única vía posible es la conservación, el ahorro de energía. A medio plazo, que iría hasta 1995, la estrategia es desarrollar, a marchas forzadas, la tecnología necesaria para aprovechar esas fuentes de energías alternas que se nos presentan, tales como la solar, las olas el viento o incluso la fisión nuclear, al tiempo que aprovechamos las que ya se nos ofrecen como el calor, el gas natural o la nuclear clásica. Después de esta segunda época, el futuro está en manos de las conquistas que hayamos realizado en esas fuentes de energía que hoy parecen posibles, pero que presentan difíciles problemas tecnológicos o económicos. Será entonces cuando nuestra dependencia del petróleo se habrá reducido considerablemente.
P. Una doble pregunta, directa y simple: ¿cuál es su opinión del Programa Energético español? ¿Cree usted que la energía nuclear tiene futuro en un país tan hipersensibilizado al tema como España?
R. Mi opinión es que España, en general, está realizando grandes avances en sus esfuerzos para poner la casa en orden. El Gobierno español ha reconocido los efectos dramáticos de los altos precios del crudo y, lo más importante, ha aceptado el hecho de que el mundo de la energía barata se ha acabado. En este sentido, la política energética española es alentadora y espero que sus decisiones en el camino acertado lleguen a buen fin.
La cuestión nuclear es un problema mucho más particular. Este es, principalmente, un conflicto en el que las pasiones, la irracionalidad y los hechos científicos se confunden. Lo más difícil es racionalizar este proceso emocional y comenzar a decir al público lo que la energía nuclear es en realidad. Porque, desde mi punto de vista, no sólo hay que hablar de los posibles riesgos físicos de la energía nuclear, sino lo que ésta significa para el desarrollo social y económico y el bienestar de la civilización. La energía nuclear es hoy necesaria, porque no hay más remedio afrontar la situación que padecemos y contar con los instrumentos que poseemos.
Una vez que todas estas cuestiones han sido explicadas al público y se le ha matizado cuáles son las alternativas reales y las ficticias en este campo, la energía nuclear será lo que es y no lo que muchos tratan de hacer con ella.
P. Dos últimas cuestiones: ¿considera usted apropiada la política de los principales Gobiernos europeos de traspasar al consumidor el alto coste energético? ¿Se producirá en 1980 la recesión económica tan cacareada?
R. Estoy plenamente de acuerdo con la necesidad política y económica de traspasar los incrementos de los precios del crudo al consumidor. Hay que tener en cuenta que la alternativa es una mayor inflación y una disrupción total de la economía. En cuanto a la recesión, yo creo que quizá lo que vendrá no ser una recesión del tipo de la experimentada en 1975, sino más bien un estancamiento crónico que, en algunos aspectos, ya se ha empezado a registrar.
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