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Posible caso de "dumping" en Ford España en el modelo "Granada"

Un posible caso de dumping puede haberse producido en la importación, por parte de Ford España, de sus modelos Granada. El coeficiente aplicado por la Dirección General de Comercio Interior, sobre el precio CIF en origen, permite la venta de estos coches en España a un precio próximo al de aquel país, Alemania, cuando tendría que ser el doble.En la pasada primavera, el anterior ministro de Industria y Energía, Agustín Rodríguez Sahagún, pretendió una reestructuración en la industria del automóvil de este país. La idea era acomodar las viejas estructuras de las fábricas españolas a la realidad actual. Para ello se iba a forzar a las multinacionales radicadas en España a la reconversión de sus cadenas de montaje. Dejando de fabricar algunos modelos, en beneficio de otros que verían aumentadas sus cifras de producción, y con la condición de exportar en un porcentaje - 120% salvo en el caso de Ford y las que vniesen después. que sería de 150%- superior al de la importación, se autorizaría ésta libre de aranceles, sólo gravada con el impuesto de compensación de gravámenes intenores (ICGI).

Sin embargo, después de las primeras medidas liberalizadoras de la importación de vehículos extranjeros -en el pasado mes de abril-, el resto de la normativa complementaria, que afectaría a los fabricantes españoles, no llegó a publicarse.

Pero en los últimos meses del pasado año Ford España solicitó al Ministerio de Comercio la importación de una partida de 4.000 coches del modelo Granada, como primera parte de una serie de partidas que vendrían después. Al no poder acogerse a una normativa aún no legalizada, la Dirección General de Importación autorizó dicha entrada, pero con un coeficiente multiplicador de 2.33. Es decir, el precio CIF -precio franco fábrica en origen- habría que multiplicarlo por ese 2,33 para obtener el precio de venta en este país.

Lo extraño de esto es que el precio franco fábrica en el país de origen (Alemania) es de 23.216 marcos (unas 900.000 pesetas). Este precio -del que habría que descontar posibles beneficios comerciales y primas a la exportación-, multiplicado por el coeficiente de 2,33, debería de dar como resultado el precio de venta al público, franco fábrica, sin incluir el impuesto de lujo. Sin, embargo, en lugar de la cantidad resultante -unos dos millones de pesetas-, el precio de venta al público del Ford Granada es de 1.085.000 pesetas, es decir, aproximadamente la mitad de lo que tendría que ser.

Resulta más curioso todavía el hecho de que el margen de beneficio para el vendedor, en este modelo, ha sido fijado por Ford España en un 12%, porcentaje muy superior -casi el doble- del usual en los otros modelos de fabricación nacional de la marca.

Consultado el Ministerio de Comercio, el mismo ha confirmado a EL PAÍS que la entrada de estos coches ha sido autorizada con ese coeficiente por la Dirección General de Importación, y el precio de venta al público permitido por la Junta de Valoración, tras haber recibido la petición por parte de Ford España y haber presentado ésta la correspondiente documentación de su empresa matriz, en Alemania, según la cual el precio CIF del Ford Granada es inferior a 400.000 pesetas.

Lo sorprendente del caso es que la Junta de Valoración, la Dirección General de Importación y la de Comercio Interior, todas ellas dependientes del Ministerio de Comercio, hayan podido aceptar como precio CIF una cantidad que resulía menos de la mitad del precio de venta al público en aquel país, dato que debe obrar en poder de dicho Ministerio. Porque, de ser así, Ford vendería estos modelos en Alemania con un beneficio superior al cl ento por ciento respecto al costo.

Por su parte, un portavoz de Ford Espaha consultado por EL PAÍS razonó el sorprendente precio «por la habilidad en las negociacioñes con la empresa matriz en Alemania por parte del consejero delegado en España, Carl Levy». Según dicho portavoz, «la situación de escasas ventas de esos coch,es en Alemania -el elevado consumo de gasolina en la versión dotada de carburadores ha repercutido muy negativamente en las ventas- obligaba a una reorgamización en las cadenas. Con la compra por parte de Ford España de 4.000 unidades, ese reajuste podía retrasarse, lo que beneficiaba a Ford Alemania. Y así podían permitirse vender los coches por un precio muy por debajo de 400.000 pesetas, ganando ellos sólo unas 7.000».

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