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Disputa entre Japón y Suiza por la primacía del mercado de los relojes

Fabricantes suizos y japoneses de la industria relojera están enfrentados en una polémica sobre quién produjo más unidades en el año 1979. Detrás de esto se esconde el retroceso de la producción relojera, suiza y el interés de la industria nipona por aparecer a la cabeza, aunque en los hechos aún no es así, a pesar de su fuerte aceptación en los mercados.

«Japón dice lo contrario, pero la relojería suiza sigue siendo la número uno», tituló a toda página en el día de ayer el diario helvético Tribune de Géneve, mientras otra publicación periodística, La Suisse, recoge una información de la revista norteamericana Fortune en la que se asegura que las tradicionales y prestigiosas marcas Tissot y Omega «están próximas a naufragar». Fortune dice que los aparatos de precisión suizos que se utilizarán en los Juegos Olímpicos de Moscú son una excelente oportunidad, que bien podría servir de «trampolín publicitario» para reconquistar el terreno.Hace algunos días, el director de la Japan Clock and Watch Associaton aseguró que la industria relojera de su país había producido 59 millones de unidades en el año 1979, atribuyendo sólo cincuenta millones a la industria relojera suiza. Sin dejar pasar el tiempo, René Retornaz, director general de la Federación Relojera Suiza, replicó corrigiendo esta cifra.

Retornaz afirmó que la producción relojera helvética alcanzó en 1979 a 82 mifiones de unidades, entre lo producido en territorio suizo y en fábricas situadas fuera de las fronteras del país, y que las estadísticas entregadas por su colega japonés se referían, «con buena o mala intención», sólo a lo producido en territorio helvético.

A pesar de esta explicación, los hechos demuestran que en los últimos cinco años el sector de la relojería suiza disminuyó su personal de 80.000 a 50.000 trabajadores, y que después de haber alcanzado Suiza una participación del orden del 37% de la producción mundial total de relojes, en el año 1978 llegó sólo al 34%, y el año pasado descendió al 30%, de un total mundial de 275 millones de unidades.

La revista Fortune intenta explicar el fenómeno de la decadencia de la industria relojera helvética «en la recesión mundial y un franco suizo elevado» como elementos que han contribuido a este deterioro, pero señala, como causas más precisas, el rechazo de los relojeros suizos a adaptarse «a una de las más importantes revoluciones tecnológicas de la industria».

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