Di Stéfano defiende a Kubala de las acusación de Boskov

La última convocatoria de Kubala ha levantado una fuerte polémica. Al margen de la extrañeza, ya crónica, en determinadas llamadas del seleccionador, ha servido también para enfrentar a nivel dialéctico al entrenador del Madrid, Vujadín Boskov, y al del Valencia,Alfredo Di Stéfano. Mientras Boskov se ha quejado de estas convocatorias, que «no sirven para nada y son perjudiciales», Di Stéfano afirma que «lo primero es la selección, y además no cortan para nada el ritmo de los jugadores». Kubala, por su parte, se ha aplicado a afirmar que todo el mundo es bueno.

En torno a la actuación del seleccionador se han producido últimamente gran número de críticas y quejas por parte de jugadores. La última de Kubala ha sido convocar a Miguel Angel, suplente de García Remón en el Madrid. El meta gallego lleva ya once meses sin jugar un partido oficial. La reacción de García Remón no se hizo esperar y arremetió contra el seleccionador, al igual que su propio entrenador, Boskov, a quien en cierto modo se le colocaba en posición incómoda. Pero incluso el propio Miguel Angel no ha entendido bien el por qué de su inclusión en la última lista de Kubala, y ha declarado que «era mejor que no me hubiese llamado. No comprendo la razón; a lo mejor es para felicitarme el año».Kubala, por propia iniciativa, y quizá atendiendo a sugerencias de sus superiores, opta por mantener una línea sensata en sus declaraciones, al estilo de que todo el mundo es bueno y que desea el triunfo de los jugadores y de todos sus colegas. Respecto a la inaudita llamada de Miguel Angel asegura que lo hizo en agradecimiento a servicios prestados y para darle moral, nunca para molestar a nadie. Kubala ha charlado ya con Boskov. Ambos se intentaron convencer de que lo primero eran sus respectivas necesidades. Así, el yugoslavo le señaló que a él le pagaba el Madrid, que tenía un programa, y que estas extrañas convocatorias le cortaban el ritmo preparatorio. Kubala. por su parte, adujo que Boskov, como el resto de entrenadores de clubes, tiene suerte, porque puede disponer cuatro horas diarias para su preparación, y que él se conformaba con dos al mes. «Al menos, con eso soy feliz. Comprendo que aquí, en España, no se puede privar a los clubes de sus jugadores por mucho tiempo, como sucede en Brasil o Argentina, por ejemplo.»

En todas estas discusiones parecen bien definidas dos cuestiones, que atañen, al fondo y a la forma. En el fondo del asunto ya ha terciado también Alfredo Di Stéfano, que señaló ayer a EL PAIS que «en absoluto puede privarse al seleccionador de estos ensayos. Lo primero y más importante es la selección. Y tampoco es tan importante para la preparación de los equipos que se nos prive de jugadores durante estas concentraciones del conjunto nacional». En la forma, Kubala dejaría de perder buena parte de la razón que le da Di Stéfano si dejara a su vez -cosa difícil- a un lado determinadas manías y sorprendentes rarezas con llamadas, olvidos, contrallamadas y repescas de jugadores: A lo mejor todo se arregla con esa anunciada reunión que muy pronto, según el seleccionador, mantendrá con los entrenadores de los equipos de Primera División. Se hace necesaria una planificación de trabajo entre todos los técnicos españoles.

Por lo demás, el compromiso inmediato de la selección será el próximo día 23 en Vigo. El rival va a ser la potente selección holandesa, subcampeona del mundo en los dos últimos campeonatos. Kubala deberá despejar bien su cabeza para formar una alineación y una táctica coherentes y adecuada a la categoría del rival. Los antecedentes con los que terminó el año no dan pie, sin embargo, a ser muy optimistas. La niebla, abundante y espesa, que fue protagonista en el entrenamiento de ayer en el campo del Pegaso, no fue tampoco un buen síntoma para ver el futuro con excesiva claridad.

A excepción de Botubot -que no pudo venir por lesión-, Camacho y Asensi -con molestias-, la selección se entrenó con un minipartido frente al Pegaso. Santillana y Carrasco marcaron los dos oles del corto encuentro.