Vecinos de Los Cármenes exigen una mayor protección

Representantes de las entidades vecinales de Los Cármenes, encabezados por el presidente de la junta municipal de La Latina, el concejal comunista Julián Rebollo, se entrevistaron ayer, por segunda vez en tres días, con el subgobernador civil, Francisco Javier Minondo, para pedir una mayor presencia policial en la zona.Esta segunda entrevista estuvo provocada por el homicidio que se registró el sábado por la noche (véase EL PAÍS del domingo), apenas doce horas después de que le fuera planteada al gobernador en funciones la escalada de delincuencia registrada en el barrio durante los últimos meses, sin que por ello se hubiese intensificado la vigilancia.

El homicidio ocurrido el sábado encrespó aún más los ánimos de la población, hasta el punto de que la noticia, que corrió de boca en boca, concentró, después de las diez de la noche, a unas seiscientas personas en las inmediaciones del bar en el que Amelio Vallejo, un chófer de 44 años, había muerto de dos puñaladas, por el simple hecho de mediar en una discusión sobre el pago de una consumición.

Mientras el homicida se daba rápidamente a la fuga, varios cientos de vecinos cortaban el tráfico en la calle de la Duquesa de Parcent, pidiendo justicia y mayor protección policial. Los gritos se hicieron más insistentes después de la medianoche, cuando el juez de guardia se personó en el bar Sule para proceder al levantamiento del cadáver. Dos puñaladas en el corazón, con una navaja de veintiún centímetros, habían hecho imposible salvar la vida de Amelio Vallejo.

Los manifestantes se retiraron finalmente a sus domicilios hacia las 0.45 de la madrugada del domingo. A media mañana de ese día nuevamente varios centenares de vecinos se dirigían en grupo hasta la comisaría de La Latina, para acompañar a las personas que la noche anterior habían presenciado el crimen y acudían a prestar declaración. Al regreso al barrio, el grupo se engrosó hasta sumar unos dos millares de personas, que insistían en sus exigencias de protección policial.

En la entrevista que tuvo lugar ayer por la mañana con el subgobernador civil, los representantes del barrio hicieron una extensa exposición de las agresiones, robos, extorsiones y violencias de todo tipo que se vienen sucediendo en el barrio sin que se tomen medidas de ninguna clase. Insistieron en el hecho de que incluso el sábado y domingo por la noche, tras el homicidio, sólo dos «jeeps» de la Policía Municipal patrullaron sus calles.Los representantes vecinales pidieron una investigación a fondo de la delincuencia, para determinar incluso si pudiera haber alguna negligencia por parte de las dotaciones policiales; la concesión urgente de varios «jeeps» de la Policía Nacional y patrullas de a pie; una mejora en la dotación de la comisaría de zona; medidas especiales sobre el tráfico de drogas y los bares en los que se reúnen las pandillas habituales de delincuentes y una mejora urgente del alumbrado.

Tanto comerciantes como representantes de los vecinos insistieron en la gravedad del problema y en la necesidad de adoptar medidas inmediatas. El señor Minondo prometió que, en principio, se destinarán a la zona cuatro «jeeps» de la Policía Nacional.

Poco después de esta entrevista, a las 2.30 horas de la tarde, tenía lugar el entierro de Amelio Vallejo, en medio de un impresionante cortejo de vecinos.

Para esa hora, la policía había detenido ya a José María Jiménez, de diecisiete años, como presunto autor del homicidio. Según la información policial, hace poco más de dos años ya había sido detenido en Palencia por otro suceso similar. En aquella ocasión se le acusó de haber matado a su tío Daniel de un disparo de escopeta, después del cual le profirió varias puñaladas. José María Jiménez declaró por su parte que no recordaba nada de lo ocurrido este sábado, porque había bebido gran cantidad de alcohol.