Extenso despacho del Rey con el presidente Su árez, tras las vacaciones de invierno
El rey don Juan Carlos y el presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, se entrevistaron a primera hora de la tarde de ayer en el palacio de la Zarzuela, en un extenso despacho. Esta reunión, que forma parte de los contactos semanales que mantienen el Rey y el presidente Suárez, es la primera después de las breves vacaciones de invierno, Entre los temas tratados podrían haber estado la posible remodelación del Gabinete y los preparativos para la celebración de la Pascua Militar, que presidirá mañana don Juan Carlos en el palacio de Oriente.
El presidente Suárez se incorporó a su despacho del palacio de la Moncloa a las doce menos cuarto de la mañana, después de finalizado el período de descanso en su residencia de Ávila. Durante todo el día de ayer estuvo examinando diversos proyectos legislativos del Gobierno y a última hora tenía previstas algunas visitas, entre ellas la de un ministro. Más de la mitad de los miembros del Gobierno se encuentran ya en Madrid, y el resto regresarán hoy, puesto que mañana asistirá la totalidad del Gabinete a los actos de la Pascua Militar.Todos los indicios recogidos por EL PAÍS durante el día de ayer sobre la posible crisis de Gobierno apuntan hacia la hipótesis de que la remodelación inmediata en el Gabinete gubernamental afectaría, a lo sumo, a cuatro carteras, dejando para fechas posteriores -coincidiendo con las elecciones a los parlamentos vasco y catalán y con la aprobación en las Cortes del proyecto de ley orgánica sobre la Administración del Estado y la función pública- una crisis propiamente dicha, con sustituciones más numerosas que en la presente ocasión y con una estrategia a más largo plazo.
Para esta primera minicrisis, los aires del cambio soplan próximos a los ministerios de Educación, Justicia, Transportes y Comunicaciones y Cultura, con la posibilidad también de que afectase a la primera vicepresidencia del Gobierno, encargada de los asuntos de la Defensa y Seguridad del Estado, y ostentada por el teniente general Gutiérrez Mellado. Esta vicepresidencia podría desaparecer con su actual titular.
Así, el titular de Cultura, Manuel Clavero, se presenta como uno de los nombres más susceptibles de cambio. Parece ser que ni los ministros andaluces ni el propio presidente del Gobierno han acogido favorablemente su marcado protagonismo en todas las cuestiones relacionadas con Andalucía. Sus pretensiones para ocupar la presidencia de la junta preautonómica y su constante protagonismo en esta tierra, ha sido acogido con suspicacias por sus compañeros de Gobierno. Este hecho, unido a una criticada labor al frente del departamento de Cultura, podrían precipitar la salida del señor Clavero.
Íñigo Cavero, por su parte, tampoco parece que ha satisfecho totalmente la confianza puesta en él por el presidente Suárez cuando le encomendó el Ministerio de Justicia. La huida de los cinco dirigentes de los GRAPO de la prisión de Zamora, ocurrida en extrañas circunstancias, ha terminado por debilitar su gestión. Fuentes de este Ministerio han hecho observar que desde hace algún tiempo los decretos y anteproyectos de ley aprobados en los Consejos de Ministros tenían muy poco que ver con los borradores enviados desde el departamento de Justicia y la atención de los ministros se polarizaba en los remitidos desde Presidencia del Gobierno.
Este hecho, unido a las presuntas irregularidades cometidas para afianzar la seguridad de la cárcel de Zamora -donde se ha producido el inexplicable hecho de que desde la Inspección General de Instituciones Penitenciarias no se hayan tomado medidas, a pesar de los constantes partes remitidos por los funcionarios de Zamora-, ha colocado a Iñigo Cavero en una situación difícil. No obstante, la correlación de fuerzas -Cavero pertenece al a la democristiana de UCD- hace que el presidente haya de sopesar muchos pros y contras.
Otro de los ministros políticos susceptibles de remodelación es el de Defensa. Parece ser que Gutiérrez Mellado, una vez cumplida su labor respecto a las Fuerzas Armadas en el paso de la dictadura a la democracia, abandonaría la escena política.
Por otra parte, esta pequeña remodelación afectaría también a un ministerio del equipo económico capitaneado por Fernando Abril, imprevisible en un principio, pero más difícil de contener ahora, tras las cláusulas secretas firmadas por el ministro de Transportes y Comunicaciones, Salvador Sánchez Terán, en el acuerdo pesquero con Marruecos. El señor Sánchez Terán se ha colocado en una situación complicada al haber pactado, a espaldas de los restantes ministros económicos, el paso por España de 50.000 toneladas de cítricos procedentes de Marruecos, hecho que ha despertado las iras del señor Abril, del ministro de Agricultura, Jaime Lamo, e incluso del propio Suárez, se afirma en fuentes dignas de crédito.
En fin, versiones sin confirmar apuntan a una posible permuta de departamentos entre los ministros de la Presidencia -José Pedro Pérez-Llorca- y de Relaciones con las Cortes-Rafael Arias Salgado.
En cualquier caso, fuentes centristas consideran que la posible crisis está todavía en el alero y, en consecuencia, descartan que sea inminente, por estimar que el presidente no es partidario de efectuar remodelaciones cuando existe una oleada de rumores sobre cambios en el Gobierno. Una reestructuración en el momento actual, añaden las mismas fuentes, sería «como entregar cabezas a las fieras». En este sentido, el PSOE se ha apresurado a pedir la del señor Sánchez Terán.
Al mismo tiempo, en círculos próximos al Gobierno se apunta que Suárez no haría la crisis sin intentar ganar fuerza y dar el golpe de timón reclamado por algunos políticos. Por ello, en estos medios se valora como más trascendente el cómo y el cuándo que los nombres de quienes abandonarían el Gobierno y sus posibles sucesores.
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