El Rey cuenta sus días libres
El rey Juan Carlos I de España cree que «es fenomenal el que estemos como una familia más y que te respeten esa vida familiar; te respetan tu manera de ser y, sobre todo, te respetan el estar tranquilamente y no te molestan». Por eso, el Monarca creyó oportuno declarar que agradecía a todos los que esquiaron con él y los suyos en Baqueira Beret, en el valle de Arán (Lérida), durante las recientes fiestas de fin de año. La entrevista fue realizada por Fernando Rodríguez Madero en Baqueira Beret, el pasado martes, y emitida ayer a través de Protagonistas, nosotros, programa de gran audiencia de Radio Nacional de España, que dirige Luis del Olmo.
No es frecuente que el Rey conceda entrevistas, por lo que ésta puede considerarse como una exclusiva nacional. En ella, el Monarca habló de su vida cotidiana durante las vacaciones. Comenzó por declarar que no se consideraba «todavía» un experto esquiador, «pero soy un gran aficionado a pasar un rato al aire libre y a hacer un deporte que se puede practicar en familia». A su afición, el Rey añade una satisfacción más: la que le de para «el maravilloso paisaje que nos ofrece siempre el valle de Arán». El Monarca está satisfecho también porque le han permitido «pasar unos días agradables y que, a pesar de ser uno quien es, le vean con simpatía y le saluden como a una persona más».
La entrevista, de la que estamos ofreciendo una transcripción literal, se desarrolló espontáneamente, y resultaba obvio que se realizó sin que mediara cuestionario. En el transcurso de la conversación, de unos siete minutos, el Monarca explicó las precauciones que debe tener para evitar que su afición a esquiar a gran velocidad resulte en una lesión. «Creo que también debo tener cuidado, porque muchas veces me dicen que por el puesto que tengo, como Rey y Jefe de Estado, tengo que tener cuidado con los huesos y con las piernas».
El Rey esquía durante todo el día, y se despide de los esquíes cuando se han cerrado las pistas o cuando ya no hay luz. «Tratamos de levantamos temprano para poder aprovechar el máximo de horas buenas de la nive y el día, y comer durante el día. Almorzamos en una de las cafeterías, o bien en la de 2.000 o en la de 1.800 (cafeterías situadas en distintas cotas de altitud). Y tengo que decir que han mejorado mucho los servicios de cafetería; puede que tú me digas que es fácil, siendo quien soy, decir que funcionan los servicios, pero creo que ... » El entrevistador interrumpió al Rey en este punto para recordarle que aquellos servicios no debían funcionar demasiado bien, ni siquiera en ese caso, porque le había visto haciendo cola. «Bueno, desde luego, trato de no molestar a la gente y agradezco muchas veces que le dejen a uno pasar. Y, en fin, por ser uno quien es le dejan pasar, pero comprendo las dificultades, lo molesto que es hacer cola, y trato de hacerla alguna vez. A mis hijos les he hecho pasar muchas veces para que se den cuenta de lo que es la vida normal de un ciudadano normal. Pero, volviendo a lo de la vida, Fernando, creo que tratamos de aprovechar al máximo. Levantarnos temprano, desayunar fuerte y, en fin, pasar el día al aire libre. Como te he dicho antes, tratamos de aprovechar estas maravillosas pistas y bajar por ellas, y luego, por la tarde, hacia las cuatro, volvemos a casa.»
El disfrute no es pleno, porque diariamente el Rey recibe información y despacha asuntos de Estado. «Cuando uno tiene una dedicación plena a una cosa que se llama España y trabaja uno por ella incansablemente, con una satisfacción enorme, creo que no puede uno distraerse, y aunque se esté de vacaciones, no se le va a uno de la cabeza. Pero, vamos, sí creo que es un descanso muy bueno, y a pesar del. descanso aprovecho esas horas de la tarde y las primeras horas de la noche, después de cenar, que solemos ir a alguno de los restaurantes estupendos que hay en el valle.» Además, dijo el Rey, recibe llamadas telefónicas, «me leo los informes que me mandan y así, pues, sigo bastante de cerca, diría yo, los asuntos de gobierno y Estado».
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