Adelpha denuncia la destrucción del patrimonio cultural de Madrid
La provincia de Madrid ha sufrido un tremendo proceso de destrucción de su patrimonio histórico-artístico -según reza un informe redactado por Adelpha-, favorecido por la atracción desproporcionada de Madrid capital sobre el resto de la provincia, con la consiguiente pérdida del patrimonio cultural de los pueblos por la desidia de la Administración y los intereses especulativos inmobiliarios. Además, una equivocada política turística ha identificado el legado histórico de la provincia casi exclusivamente con los antiguos reales sitios, y dentro de ellos, con palacios, jardines o subconjuntos de carácter puntual y excepcional.Adelpha cita, como ejemplo del incumplimiento por parte de la Administración de sus propios compromisos, el hecho de que desde 1967 sólo cuatro localidades hayan sido declaradas conjuntos histórico-artísticos, a pesar de que en dicho año el Estado español incluyó un total de 31 pueblos en el inventario de localidades dignas de protección, enviado al IPCE (Inventario de Protección del Patrimonio Cultural Europeo). Las cuatro localidades que gozan de la protección jurídica son Alcalá de Henares, Chinchón, San Lorenzo del Escorial y Torrelaguna.
Móstoles, junto con Valdemoro, Pinto, Colmenar Viejo y otros antiguos pueblos hoy anexionados a Madrid, como Barajas, Vicálvaro y los Carabancheles, constituyen el sector más dañado en cuanto a demolición de su patrimonio, por la proximidad a Madrid capital y por haber sufrido en mayor grado las presiones especulativas del suelo.
La siguiente categoría la formarían los pueblos en los que no se da una destrucción generalizada, pero sí una insistente renovación, edificio por edificio, que amenaza seriamente con desnaturalizar la imagen urbana. Ejemplos de esta segunda categoría serían precisamente San Lorenzo del Escorial y Torrelaguna.
Otros conjuntos urbanos, como Alcalá o Aranjuez, de gran interés cultural, no han sufrido demasiados daños en el interior del casco, pero soportan un entorno de nuevas promociones inmobiliarias caóticas, que intentan penetrar en el centro por los barrios periféricos menos importantes.
En su informe, Adelpha señala la necesidad de una colaboración real entre los diferentes organismos de la Administración.
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