Los funcionarios de Zamora esperan contestación a las dimisiones solicitadas

Los funcionarios de la cárcel de Zamora, que se solidarizaron con el director del penal, cesado por el ministro de Justicia tras la fuga de los cinco dirigentes de los GRAPO, se encuentran realizando sus habituales labores, a la espera de contestación a los telegramas que han remitido al Rey y al presidente del Gobierno para solicitar la dimisión del titular de Justicia, Íñigo Cavero, y del director general de Instituciones Penitenciarias, Enrique Galavís.En el mismo telegrama, los funcionarios pedían también la anulación del cese del hasta ahora director del centro, Pedro Romero. Su sustituto, el inspector de la Dirección General de Prisiones Emilio García Gallego, aún no se ha hecho cargo de su nuevo puesto al frente del penal de Zamora. Mientras tanto, el director cesado continúa en el centro, desconociendo por el momento si será trasladado a otra prisión. El señor Romero declaró ayer a Efe: «Estoy agotado por la tensión vivida y la problemática del centro. »

En relación con la búsqueda de los evadidos, las policías española y portuguesa andan tras su pista, pero no ha trascendido nada de sus investigaciones a los medios informativos. El túnel por el que escaparon los cinco grapos ha sido ya cubierto con hormigón, una vez que se ha comprobado, tras un minucioso registro, que no conduce a otros túneles que a su vez pudiesen servir como vía de escape para los restantes internos. La junta de régimen de la prisión se reunió ayer tarde para acordar la adopción de las medidas disciplinarias previstas en el reglamento de prisiones contra los evadidos, consistentes en el internamiento, en el caso de que los encuentren, en celdas de castigo. Dichas celdas han quedado en suspenso hasta que ingresen de nuevo en prisión.

Libertad para un miembro de los GRAPO

Por otra parte, ayer salió en libertad, tras cumplir condena de tres años en la cárcel de Zamora, Ricardo Sanz García, miembro de los GRAPO, que fue acusado y condenado por tenencia ilícita de armas. Se trata del primer miembro de esta organización que consigue la libertad una vez cumplida su condena.