El Madrid-Burqos pone al descubierto el fraude de las cesiones
El encuentro entre el Burgos y el Madrid pone al descubierto la irregularidad de las cesiones de jugadores entre clubes de la misma categoría. El defensa Cortés, madridista que juega como cedido en el Burgos; podrá jugar hoy gracias a un permiso expreso del Madrid para que lo haga. Pero no es seguro que el entrenador del Burgos se decida a alinearle ante sus compañeros del año pasado y del año próximo.
Las cesiones entre clubes de la misma categoría están prohibidas por el reglamento de la Federación. Se trata de evitar que un jugador que milita eventualmente, como cedido, en un club, se tenga que enfrentar al equipo al que pertenece y al que está llamado a volver. Tal situación es incómoda para el jugador y se presta a todo tipo de suspicacias.La norma que prohibe las cesiones entre clubs de la misma categoría es sistemáticamente burlada por los clubes. Una de las fórmulas más usuales es la de transformar la cesión en un contrato de traspaso por un año, en el que se agrega una cláusula por la que el club comprador se compromete a revenderlo por la misma cantidad al club de origen. Entre los casos más importantes de la última temporada están las cesiones de Amarillo, jugador del Barcelona, al Salamanca, y la de Javi, del Atlético, al Rácing.
A principios de esta temporada, el Burgos incorporó a tres jugadores cedidos del Madrid: el meta Maté, el defensa Cortés y el centrocampista Blanco. En la cesión de Cortés se hizo constar, además, que no podría jugar contra el Madrid. En el caso de los otros dos no existe tal condición.
Llegado el momento de jugar se este partido, el Burgos se dirigió al Madrid para obtener el permiso de alinear en este encuentro a Cortés, que es el jugador que mejor rendimiento está ofreciendo de los tres cedidos. El Madrid accedió a la petición, pero ni el jugador ni el nuevo entrenador del Burgos, Fernández Seguí, han tomado la decisión definitiva. Cortés podría marcar un gol en su propia meta, o hacer un mal partido, y, eso no lo aceptaría la afición del Burgos. También podría lesionar a algún jugador del Madrid, futuro compañero suyo si, como él desea, vuelve a su club de origen.
De Carlos, presidente del Madrid, admite que hay mucho de irregular en la situación: «Es cierto que estas cesiones están prohibidas, pero todos las hacemos. Si me pregunta cuál es la trampa legal que se utiliza, la verdad es que no la conozco. El gerente lo sabrá. No es serio que se haga esto, pero es costumbre, y habría que ir a una fórmula para resolver estas, situaciones. »
Por su parte, José María Quintano, presidente del Burgos, explicó a EL PAIS cuál era en este caso la trampa, en su intento de explicar precisamente que no había trampa: «No nos los cede el Madrid, sino el Castilla. Maté, Blanco y Cortés vinieron del Castilla, no del Madrid. Yo hablé con De Carlos sobre Cortés, y estoy sinceramente muy agradecido por la deferencia que tiene con nosotros dejándole jugar. Es un jugador importante. No obstante, debe ser el entrenador quien decida, tras hablar con él, si va a jugar o no. De momento, lo lleva a Madrid. Pero lleva dieciséis, y podría ser que no jugara, ni siquiera se sentara en el banquillo.»
Con Maté y Blanco no hay caso. El primero, portero, fue apartado de la portería hace dos se manas, tras encajar cinco goles en Zaragoza, y ocupa el marco Gorospe -ex madridista también, pero propiedad del Burgos-. Blanco es un centrocampista de calidad, pero quizá menos duro y correoso de lo que necesita el Burgos. No ha gustado a la afición y perdió el puesto hace se manas. Ambos vienen a Madrid, pero como suplentes.
La Federación, que tanto se apresuró a exigir que se cumpliera el espíritu de la norma que obligaba a los clubes de Segunda y Tercera a alinear a dos sub-20 en cada partido -multó a entrenadores que alineaban a los sub-20 y los sustituían en los primeros minutos del partido-, hace la vista gorda de forma sistemática ante la vulneración de una norma que sí tiene una clara razón de ser.
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