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España será cabeza de serie en el preolímpico de Suiza

Raimundo Saporta, responsable de las selecciones nacionales de baloncesto, estará el viernes en Munich, donde el sábado se efectuará el sorteo de los grupos que integrarán el preolímpico que se disputará. en Suiza en el mes de mayo proximo. El motivo no es otro que el lograr un acoplamiento que beneficie a la selección española, que si está inactiva en la cancha ya, empezará a ponerse en movimiento en cuanto a los despachos se refiere, y se puede asegurar que el conjunto español será cabeza de señe de uno de los grupos.«Si no lo logro, me marcho», manifestó a EL PAIS el propio Raimundo Saporta. «De momento, ya se ha dado el primer paso al conseguir, que el preolímpico sólo sea europeo. Los americanos tendrán el suyo.» A este preolímpico acudirán veinte países, que se dividirán en cuatro grupos de cinco equipos cada uno. Se jugará por sistema de liga y los dos primeros de cada grupo pasarán a una fase final que se disputará en Ginebra, y en la que cada selección empezará con un partido jugado, ya que será válido el disputado en ta fase previa. Los tres primeros de esta fase final irán directamente a Moscú.

La batalla que tiene que ganar Saporta es la de meter a España como cabeza de serie, meta esta que persiguen, igualmente, Israel, equipo con el que simpatiza por razones obvias; Checoslovaquia, Italia y Suiza, que pretende el privilegio en razón a ser país organizador. España accedería, en caso extremo, a no ser cabeza de serie si se la incluyese en el grupo de los suizos. El problema está en que hay un sector de la FIBA que quiere hacer valer la clasificación de los anteriores Juegos Olímpicos, a lo que se opone Saporta, por estimar que en el preolímpico, antes de Montreal, España quedó en la cuneta en beneficio de dos países americanos, México y Canadá, merced a que en aquella ocasión los americanos se organizaron su acoplamiento.

Si se hace valer la clasificación del último Campeonato de Europa, que es lo que pretende Saporta, España tendría fácil el camino, ya que la Unión Soviética y Yugoslavia van directamente a Moscú. Este será el principal argumento que expondrá Saporta, que, una vez más, saldrá con éxito del trance, ya que «mi obsesión es que la selección esté en Moscú. Luego, una vez allí..., la verdad es que me gustaría un diploma, es decir, un sexto lugan pero eso ya no lo exigiré con tanta fuerza, porque un séptimo puesto, por ejemplo no se puede considerar un fracaso nunca».

Así pues, por unas horas, Raimundo Saporta se olvidará del Mundial futbolístico y antes de las diecinueve horas del sábado ejercerá plenamente como relaciones públicas para conseguir su propósito. Hay que decir que el representante español está muy confiado; «casi, casi puede tomar nota de la composición de los grupos», y muy posiblemente no necesite ni recurrir al famoso enfriamiento de las bolas.

Efectivamente, los rivales a batir, en el caso más que probable de que España pase a la final del preolímpico, son Israel, Italia y Checoslovaquia. De estos cuatro países, uno quedará en la cuneta y ahí ya sr que todo se tendrá que ventilar en la cancha, problema este que recaerá plenamente en Antonio Díaz-Miguel. El seleccionador ya está poco menos que vendido, pues tendrá tan sólo poco más de un mes para preparar tan seno compromiso. Ocurre que esta fatal planificación no se puede, a lo que se ve, arreglar en los despachos ni en los pasillos, porque los clubs, no se sabe exactamente por qué, siguen pensando que lo más importante es reunir a quinientos o mil aficionados en torno a un partido de liga, que normalmente les lleva a un déficit del que les cuesta trabajo salir.

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