Vasco Lourenço: "Estamos muy lejos de la sociedad prometida a Portugal por la revolución"
Fundador y dirigente del movimiento de los capitanes, el hoy comandante Vasco Lourenço fue detenido la víspera del levantamiento militar del 25 de abril. Consejero de la revolución firmó en agosto de 1975 el «documento de los nueve», que señala el inicio de la ofensiva de la izquierda militar moderada contra los radicales y Vasco Gonçalves. Amigo personal de Otelo Saraiva de Carvalho, se esfuerza en atraerlo hacia el grupo de los nueve. Aclamado en las grandes manifestaciones callejeras del Partido Socialista, es nombrado finalmente comandante de la región militar de Lisboa, en sustitución de Otelo, y este nombramiento es el pretexto que desencadena el levantamiento militar del 25 de noviembre.
Tres años después, es considerado como el elemento más inconformista del ala izquierda del Consejo de la Revolución. Con ocasión del cuarto aniversario del 25 de noviembre, Vasco Lourenço aceptó comentar a EL PAIS sus esperanzas y desencantos.Pregunta. Tres años después de los acontecimientos del 25 de noviembre, en que tuvo un papel protagonista, ¿considera que la evolución posterior de los acontecimientos corresponde a lo que esperaba en aquel día?
Respuesta. En general, considero que la evolución ha sido positiva, de acuerdo con lo que esperaba, pero debo reconocer también que siento una cierta decepción. Los aspectos positivos se concretan, en mi opinión, en tres hechos: ha sido aprobada la Constitución y ésta encierra, en lo esencial, el proyecto que teníamos cuando hicimos la revolución de abril. A pesar de todos los problemas, estos tres años han servido para que se consolide en Portugal una sociedad, una práctica política democrática. Desde el punto de vista militar, estimo que se han ido creando las condiciones para que, una vez terminado, el año que viene, el período de transición, esta democracia se estabilice sin recelo de una interferencia política por parte de las fuerzas armadas. Todo esto me parece muy positivo.
P. Sin embargo, dijo que se sentía decepcionado...
R. Considero que las entidades y las fuerzas políticas que ejercieron el poder después del 25 de noviembre no lo hicieron de acuerdo con el programa, con el proyecto de abril. Hubo muchos fallos, fueron cometidos muchos errores.
Esto nos ha llevado incluso a tener, durante unos meses, y con todas las consecuencias que se sienten ahora, un Gobierno claramente de derecha, y esto, en contradicción con los resultados de todas las elecciones que tuvieron lugar desde 1974. Como consecuencia de estos errores, tenemos hoy una situación muy difícil. En términos económicos y sociales, estas dificultades se han traducido, para la gran mayoría de la población, en retrocesos hacia niveles de vida inferiores a los de 1974. Estamos muy lejos de la sociedad más libre, más justa, más igualitaria y más fraternal, que se prometió al pueblo portugués. Es muy fácil, en estas circunstancias, acusar al 25 de abril de las dificultades presentes.
P. Y ¿cómo ve la evolución posterior al 25 de noviembre en el seno de las FFAA?
R. Aquí también se han cometido muchos errores. Hubo, principalmente por parte de la jerarquía militar, una persecución revanchista contra los oficiales que estuvieron ligados a los acontecimientos de la revolución portuguesa, entre el 25 de abril y el 25 de noviembre. Se han cometido arbitrariedades, se han creado situaciones injustas que, de ninguna manera, estaban en mi espíritu, ni en el de los que estuvieron conmigo el 25 de noviembre.
P. Pero sin embargo confía en el futuro...
R. Espero que las elecciones del 2 de diciembre se traducirán de nuevo en un voto masivo del pueblo portugués en favor de la revolución de abril. Si esto acontece, estoy convencido que habremos dado un paso muy importante para que los errores que fueron cometidos después del 25 de noviembre de 1975 puedan ser corregidos. Aparecerá entonces aquello que es mi íntima convicción: la ligazón inseparable entre 25 de abril y el 25 de noviembre, pues estoy convencido de que hubiésemos tenido un 25 de enero, es decir, si se hubiese prolongado dos meses la situación de noviembre, hubiese habido, sin duda, una victoria de la ultraderecha.
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