_
_
_
_
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Ganaron los centrocampistas

Todo quedó como estaba. Ganaron los centrocampistas porque jugaron a hacer bueno aquello de que el mejor ataque es la defensa. UCD se comprometió, al conocer el texto del proyecto de ley elaborado por Castejón, a cambiarlo de arriba abajo. Ricardo de la Cierva, que fue el stopper de los primeros momentos, luego ni se presentó por la Comisión de Cultura. Ayer se limitó a votar en contra como todo su grupo.La ley de la Cultura Física y el Deporte, título eufemístico porque ha renunciado en su partida de nacimiento a la educación física, obtuvo -como recordó ayer el diputado comunista señor Riera- un récord de enmiendas a la totalidad. La Comisión de Cultura logró parar los primeros penalties para evitar la muerte súbita del proyecto. Del consenso entre la Minoría Catalana y UCD a costa de una proposición no de ley respecto a la organización del Mundial-82, que era la mejor fórmula para mandar a la caseta a los fogosos miembros del colectivo de deportes del PSOE, se partió hacia la consecución de una ley en la que, pese a la satisfacción final expresada por socialistas y comunistas, las enmiendas más sustanciosas y polémicas fueron ganadas por el partido del Gobierno, no por goleada, pero casi siempre por amplio margen en el marcador.

Los grupos parlamentarios de la oposición perdieron la batalla del traslado de los institutos de educación física a la universidad. Carmela García Moreno, el toque de distinción de la UCD, no se limitó a hacer el saque de honor, sino que intervino en el juego. Aunque se negó a la adscripción universitaria de los INEF, estuvo en plan consenso, que no le admitieron los socialistas por mucho que opinase que en la cuestión de fondo estaban de acuerdo.

El presidente, señor Lavilla, que es «culé», le sacó tarjeta amarilla al comunista señor Riera, porque en su desesperado esfuerzo por colocar la enmienda destinada a favorecer a los deportistas de élite durante el servicio militar, sacó a relucir el tema del presidente del Barcelona, señor Núñez, que «por enchufe», dijo, «ha logrado el traslado de Carrasco desde Andalucía a Barcelona». No hubo, en cambio, tarjeta para la señora García Moreno cuando echó una reprimenda a la Cámara por falta de silencio en su primera intervención y cuando los diputados estaban todavía intercambiando banderines. Se perdió el tema del servicio militar y todo continuará como ahora.

Insistió mucho el señor Martínez Martínez, del PSOE, con jersey furia española, en su intento por defender a los profesores de educación física. Los socialistas lograron, en alguna ocasión, acorralar en su área a UCD, pero no lograron. ni un solo gol.

Está satisfecha la oposición porque el papel de las federaciones ha quedado muy limitado en el Consejo Superior de Deportes. Están en un error, porque! esta batalla no ha terminado. El ministro de Cultura confía en el Senado para rectificar esta concesión.

La última derrota importante de la oposición fue en el tenla del Comité Jurisdiccional, Tribunal Supremo del Deporte, que quedó sin definir cómo, cuándo y de qué manera será nombrado y si estará garantizada su independencia. En el ánimo del enmendante estaba aquel caso en que un sancionador de atletas tenía que entender del recurso de éstos desde el máximo organismo de la ex DND.

Clavero, que entró en juego cuando ya estaba ganado el partido, se sintió muy satisfecho por la ley organizativa que se acaba de aprobar. Una ley que se dijo no puede tener como padre a Castejón y de la que el ministro entendió como ley realista y beneficiosa para el deporte.

No fue posible: hacerla mejor.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_